Debido a la poca libertad que tenía en Oasis, Vegetta tiene la personalidad de un niño, curioso e inocente.
Es llevado a Karmaland por sus amigos, en donde le piden a Merlon que cuide de él hasta que regresen.
Merlon le deja la tarea a los héroes de...
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-N.O.-
Habían pasado un par de meses más desde entonces, Vegetta ahora sabía mucho más acerca de la magia y se había convertido en su pasatiempo favorito, Akira se había encargado de comenzar a enseñarle, para después pasar a ser aprendiz del propio Merlon. Si bien unos cuantos meses podrían no parecer mucho, fueron más que suficientes para que el híbrido de lobo fuese más autosuficiente, Rubius y Luzu mayormente eran quienes a veces se ponían algo sentimentales al ver lo mucho que había crecido el pelinegro con respecto a su personalidad, era más maduro ahora, tenía las ideas más claras y había dejado de ser el "pequeño híbrido que necesitaba cuidados".
Vegetta sabía que estaba dejando de ser aquel chico inseguro, y había decidido finalmente abandonar el papel de niño inocente, comprendió que no tenía la necesidad de seguir fingiendo; no más sonrisas falsas, no más hacerles creer que sabía poco de la vida, había llegado el momento de ser quien realmente era, y aprender todo lo que pudiese hasta que regresaran sus amigos, o en su defecto, hasta que se sintiera listo para ir a apoyarlos por su cuenta...
El pelinegro se encontraba sumergido en uno de aquellos libros de magia que Merlon le había regalado, todos los días estudiaba un nuevo conjuro y probaba todo tipo de cosas. Practicaba sin parar por horas hasta que alguno de los chicos llegaba a hacerle compañía y hablaba con ellos, incluso le había pedido de favor a Luzu que lo enseñara a usar adecuadamente la espada, si quería ser de ayuda para sus amigos, necesitaba saber pelear bien, así que sus días se basaban en entrenamiento y aprendizaje.
Claro que también tenía sus momentos de descanso, pues siendo Luzu tan amable y queriendo tanto al híbrido de lobo, se aseguraba de que tomara sus descansos y comiera adecuadamente, no había forma de descuidar su salud cuando tenía a Luzu a su lado.
Rubius, por su parte, había comenzado a ser un poco más bromista con él, si bien al inicio se aseguraba de no enseñarle nada "ilegal", actualmente y de vez en cuando hacía algunas cosas que Luzu y los demás héroes habían catalogado como prohibidas, y si algo caracterizaba al Vegetta de hoy en día era su personalidad; un chico que seguía las reglas siempre que podía, por lo que si llegaba a ver alguna de esas cosas en manos de Rubius se aseguraba de recordarle que estaba prohibido y se encargaba de decomisar aquellos objetos. Los héroes a veces se reían de la situación, y se hacía más notorio el hecho de que Vegetta estaba madurando...
Rubius.- Míralo, estudiando sin parar... Cuando intenté aprender magia me rendí en cuanto abrí el libro Luzu.- *Ríe* Veg es realmente bueno con la magia, Merlon me comentó que tiene talento para eso Rubius.- ¿Y qué tal le va con las prácticas de pelea? Luzu.- Tiene habilidad, eso te lo aseguro, aunque le falta un poco más de confianza Rubius.- Así que ya no es el pequeño Vegettita que conocimos... ¿Verdad? Luzu.- *Asiente* Espero que sus amigos estén bien y puedan ver lo mucho que ha mejorado...
