La verdad era que para Carlos era demasiado difícil enamorarse como lo hacía. Pero amaba con intensidad.
Tal vez demasiada.
Y es que tal vez por eso hacía lo que hacía, fuese bueno o malo, haría lo que sea por la persona que él amaba.
Aún si eso era malo, ilegal o cruel.
—¿Irás a verlo ya o te vas a seguir haciendo pendejo?
—No sé, me da miedo, Checo no me siento aún con esa confianza —aceptó el español dejando salir un suspiro.
—No pierdes nada con intentarlo, vamos hombre, házlo —Fernando le dijo con una sonrisa.
Aunque tal vez debió hacerle caso a su instinto, ya que al llegar sonriendo a la agencia y preguntar por Charles, a nuestro español se le borró la sonrisa.
—¡Mi amor! —Charles dijo a Alex— te extrañé mucho el fin de semana.
¿Es que ya son novios? No, pero, cómo, él la había vigilado y jamás había visto a Charles.
—Hola bebé, también te extrañé mucho.
Se sentía como un completo imbécil, decidió irse pero Charles alcanzó a verlo y corrió hasta él.
—¡Calos! ¿Cómo estás?
“Estoy que me lleva la puta madre, ¿Cómo puedes hablarle así? Creí que teníamos algo especial Char”
—Yo eh, bien ¿Y tú? —Carlos trató de sonar normal y no tan frío.
—Bien yo… —claro que antes de seguir hablando el teléfono de Charles sonó, se disculpó para responder.
Carlos entonces notó algo, Charles estaba mal, no entendía mucho francés pero por el tono del monegasco algo andaba mal.
Luego de eso Pierre se acercó a él, empezaron a hablar y claro que todos se acercaron a él pero Charles actuó extraño, entonces Pierre le dijo algo antes de irse.
De hecho todos se fueron, Alex fue la última quién lo miró para después suspirar, Charles dió media vuelta y fue hasta dónde estaba Carlos.
—Lo siento por dejarte así pero mi hermano me habló y me pidió disculpas y ahora alejé a mis amigos y yo, perdón, no sé porque te estoy contando todo esto yo… sólo quiero salir de aquí.
En ese momento a Carlos le dolió el pecho al ver cómo de esos ojos verdes preciosos salían muchas lágrimas.
—Ven, salgamos de aquí.
Carlos rápidamente subió a Charles a su automóvil y se alejaron del lugar, el monegasco en el momento en que salió de ahí empezó a llorar, a llorar más fuerte y muy triste.
Carlos aún seguía pensando en qué decir y claro que lo último que atinó a decir para que al menos Charles estuviera un poco más tranquilo fue lo siguiente después de que el menor le indicará dónde dejarlo.
Era una zona cerca de Montecarlo, algo cara y si era su departamento el que veía detrás entonces definitivamente había encontrado dónde vivía.
—Está bien, descansa, espero que mañana te sientas mejor, cualquier cosa estoy aquí y nada sólo, estoy aquí, siempre estaré aquí.
Charles asintió, se bajó del coche y caminó, claro que cuando Carlos iba a arrancar para irse Charles volvió a tocar su ventana del coche.
—Lo siento, siempre arruinó todo.
—Claro que no, no arruinaste nada —Carlos rápidamente abrió la puerta y Charles se sentó otra vez dentro del coche.
—Claro que sí, siempre lo hago, no sé cómo cuidar las cosas, no puedo quedarme callado, soy un desastre y parece que todo lo que está a mi alrededor lo arruinó, ya no quiero sentirme así.
Carlos estaba en un dilema, claro que su orgullo estaba lastimado pero el amor pudo más, y sin decir nada, Carlos abrazó a Charles.
El menor se deshizo en llanto en ese momento, Carlos le decía una y otra vez que no era su culpa.
—Charles, no es tu culpa, no podemos controlar en las cosas que hacen o sienten las demás personas, porque al final ellas lo hacen porque sí, sólo podemos controlar lo que hacemos nosotros, no es tu culpa.
—Pero debí hacer algo, pude haber cambiado algo, o arreglar las cosas, yo lo arruinó siempre, siempre es mi culpa.
—No podemos alterar el destino de los demás, o controlar lo que sienten, pero sí podemos hacerlo con nosotros mismos.
—No, no, no, no quiero perder a nadie más, no —Charles miró al español.
—No perderás a nadie, tranquilo, sé que es... Aterrador, que es horrible y más cuando se trata de alguien que amamos como la familia, más que nada, pero si algo me enseñó la vida es que lo único que nos queda es luchar y hacerle frente al destino, y si va a pasar no hay que huir de él.
Charles no dijo nada más, Carlos se quedó abrazándolo hasta que el monegasco se quedó dormido por tanto llorar.
El enojo que antes sentía había cambiado a preocupación y tristeza, no le gustaba ver al bonito monegasco así, le destrozaba el corazón.
Se sentía demasiado desesperado, tenía frustración, pero los celos pasaron a segundo lugar cuando vio llorar al monegasco.
Debía ser fuerte para Charles, sí iban a ser novios definitivamente no podía ser débil y caer en provocaciones.
Pero era demasiado difícil, los celos lo comían vivo por todo aquel que estuviera cerca de él.
Y más aún cuando Charles correspondía a las muestras de afecto, tal vez estuviera coqueteando o no, pero odiaba con toda el alma que Charles tuviera más interacción con otras personas que no fueran él.
Carlos quería y debía ser el único mundo para Charles, debía ser su mejor amigo, su novio, su vida social, todo.
Y tal vez necesitaba cambiar como era Charles, solo un poquito en el coquetear con sus amigos.
A menos que el monegasco quisiera quedarse sin amigos. O los quisiera a todos muertos.
No supo en qué momento él también se quedó dormido con Charles sobre su pecho, pero cuando abrió los ojos el monegasco ya se había ido.
Estaba recargado sobre el asiento, pero el chico le había dejado una nota.
“Gracias por traerme a casa y tranquilizarme, de verdad no sabes lo mucho que me has salvado, este es mi número de teléfono, gracias Calos, sabes, eres alguien increíble, alguien amable y lindo, yo quiero… Quiero huir de todo contigo. Quiero huir de mi contigo.”
La idea de dejarlo ir fue desechada en cuanto leyó la nota, Charles ya había dado luz verde para estar con él.
Y si debía asesinar a quién se interpusiera en su camino para lograr su objetivo no lo iba a dudar ni un segundo. Se iba a deshacer de todos los obstáculos, sabía que debía proteger a Charles.
—Esta es la única oportunidad que necesito, gracias por no dejar que me rindiera Mon Amour, lucharé por nosotros. Y voy a destruir a quién te intenté alejar de mí, a quién sea que se interponga entre nosotros y nuestro amor.
Holaaaaa.
Bueno, escribí esto porque tuve una pequeña crisis y ojalá ser Carlos para darle plomo a todas las personas que coquetean con mi amorcito.
Ya sé que los celos son malos, pero AAAAAAAAA que no se le acerque nadie *le da rabia xdd*
En fin, nos leemos pronto linduras cuídense mucho y que tengan un lindo día.
Lady Perceval Sainz.♡
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⟶Charlos. ♡ Obsession.
Fanfiction"¿Me acabas de sonreír? ¿Estoy alucinando? No, claro que lo hiciste. Entre miles de personas, fijaste tu mirada en mí y me diste una sonrisa. ¿Por qué? No fue a la chica de al lado que está coqueteando contigo, o la de la fila de adelante que está m...