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La voz de Conway a sus espaldas llamando a su viejo amigo Pogo, le erizó la piel y le trajo recuerdos que por su estabilidad mental estuvo reteniendo. Se encontraba demasiado enojado con aquellos tres y no tenía necesidad de recurrir a su amigo para apretar el gatillo, pero quería aprovechar este momento de libertad para sacar todo y hacer que paguen con sangre la paliza que le dieron a su Freddy. 

Alzó la arma que tenía en manos y apuntó directamente hacia uno de ellos, no le tembló el pulso cuando jaló el gatillo vaciando un cargador entero en el cuerpo de aquel verde, tal y como se lo dijo a Freddy aquella vez en el hospital. Se cegó por la sangre y seguían llegando recuerdos que bloqueó por su propio bien, como sus momento con The Union y las gamberradas que siempre hacían, la muerte de Leopoldo que él mismo soltó de aquel helicóptero y otros más que por su bien no dejó que lo siguieran rondando su mente. 

Dejó de disparar y se sentía algo mareado, pero la sensación de placer que sentía en ese momento no se la quitaba nadie. Quería volver a repetir aquello una y otra vez, las miradas de todos estaban en él, algunos mirándolo sorprendido y otros con leve temor. Cuando la voz de Conway irrumpió sus pensamientos pidiéndole que se desahogue y que continúe, no dudó ni un segundo en recargar su arma y vaciar el cargador en el cuerpo ya abatido, repitió aquella acción varias veces hasta que creyó que era suficiente. 

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Miraba a Gustabo muy sorprendido, nunca creyó que vería personalmente a Pogo en acción y que le gustaría tanto, aunque prefería tener la versión del rubio que tuvo en su casa estos días y que se sonrojaba al mínimo contacto físico con él. Al notar la mirada perdida del menor quiso acercarse a él para ver si se encontraba bien, pero Conway se le adelantó y tomó a Gustabo del brazo y se lo llevó una sala apartada de todos los presentes, apretó los puños ante aquello y trato de controlar bien lo que hacía. 

Cuando salió el superintendente luego de un buen rato, notó que el rubio no lo seguía y le pareció curioso, aprovechó que aún estaba dentro para ir esta vez él a tener una pequeña charla con el menor. 

-Gustabo...-Lo vio en un rincón.

-Hola, ¿Qué pasa?-Se veía algo cohibido ante él. 

-Estaba preocupado por ti, ¿Qué hacían Conway y tú aquí? 

-Estabas preocupado por lo que el super y yo hacíamos aquí dirás...-Lo retó. 

-Es que hay cosas que solo yo puedo hacer...

-Cómo...-Preguntó.

Se acercó al menor hasta rozar sus narices y sin esperar más besó aquellos lindos labios que había estado evitando desde aquella noche. Tal vez no era el mejor momento para aquello, pero no pudo parar cuando el rubio puso su brazos sobre su nuca acercándose más hacia él, tomó aquella acción como aprobación para tomar su cintura firmemente y para seguir disfrutando de aquel beso. 

-Deberíamos ir con los demás.-Se separó.

-No me tembló el pulso, ¿lo viste? 

-Claro que lo vi cariño, mis ojos siempre están en ti...-Tomó su mano y se lo llevó de vuelta hacia donde estaban todos. 

Apenas hicieron presencia la mirada de todo calló sobre ellos, pero no hizo caso alguno y volvió a retomar el interrogatorio. El tiempo pasó y al final no lograron sacar mucho, llamaron a algunos contactos para que limpiaran el lugar y regresaron a comisaría para seguir trabajando en el caso. 

-Después de que pase todo esto deberíamos ir a cenar a un buen restaurante, tengo algo que quería decirte hace mucho.

-En resumen me estás invitando a una cita ¿verdad?-Insinuó el rubio. 

¿Con B de que? | FreddytaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora