𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷.

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                                                                   Tokio, febrero de 2016

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                                                                   Tokio, febrero de 2016.


Apretó los ojos cerrándolos con fuerza. Podía oír murmullos a lo lejos, y un fuerte olor a etanol y alcohol isopropílico.

Ese simple aroma ya era capaz de decirle en dónde se encontraba, sin la necesidad de ver: estaba en un hospital.

¿Pero cómo había llegado hasta ahí? Las únicas imágenes que venían a su mente cuando se forzaba a pensar, era una carretera, las llamas del fuego y una ambulancia.

Pero no podía recordar que había sucedido. Qué había provocado todo aquello. Las imágenes en su cabeza le hacía pensar en una accidente. Pero, ¿quién había sido el culpable?

¿Habría sido por su culpa? ¿O era quizás la de alguien más? Aún no lo tenía muy claro, pero seguro que lo averiguaría en cuanto se dignara a abrir los ojos.

Pero por el momento no quería hacerlo. Sabía que en cuanto los abriera, aparecerían los doctores a atosigarle con sus preguntas, y no tenía ganas de responder ninguna.

Más si tenía en cuenta que no recordaba mucho de lo que había sucedido. ¿Tan si quiera iba con alguien o estaba solo?

No, seguramente no había nadie con él... Como siempre.

Escuchó la puerta de la habitación abrirse y mantuvo sus ojos cerrados, fingiendo aún estar dormido o inconsciente, o cualquiera que haya sido su estado.

— ¿Cómo se encuentra? — preguntó alguien, por su voz podría decir que era alguien joven.

— Todavía no despierta. Pero ya está fuera de peligro — okay, ese seguramente era el médico encargado de él — Tuvo un golpe en la cabeza. Voló trece metros fuera del auto en el que iba, y aterrizó en el agua — explicó — Sino fuera porque alguien pasaba cerca y vio todo, se hubiera muerto ahogado.

— ¿Y el accidente qué lo provocó?

— Eso no lo sabemos.

— ¿El que lo presenció no aportó esa información a los paramédicos?

— No. La pareja que estaba cerca no supo qué sucedió. Solo dijeron que cuando se dieron cuenta, el auto había chocado y el chico había caído en el agua — explicó — El hombre entró en el lago en su ayuda, mientras que la mujer llamaba a emergencias.

— ¿El muchacho iba a solo?

— Sí. Al menos eso dijo la pareja que estuvo allí. En el auto solo iba este joven.

— Bien. Avísenme en cuanto despierte. Quiero hacerle unas preguntas. Volveré más tarde.

— No hay problema.

Escuchó los pasos alejarse de la cama en la que estaba, para aproximase hasta la puerta. Luego, escuchó el ruido de esta al ser abierta y nuevamente cerrada.

𝙲𝚛𝚢𝚜𝚝𝚊𝚕 𝚜𝚗𝚘𝚠 •𝙾𝚋𝚒𝙺𝚊𝚔𝚊•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora