Capítulo 6

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En el centro de Orario, alrededor de Babel, se alzaban las sedes de las más grandes y poderosas Familias de Orario, grandes y lujosos edificios que destacaban entre las variadas construcciones y edificaciones de la ciudad.

Entre las distintas edificaciones, destacaba sobre todo un curioso y estrafalario edificio de gran altura, cuya estructura y paredes simulaban la figura de un gran hombre fornido con cabeza se elefante.

Entre las distintas edificaciones, destacaba sobre todo un curioso y estrafalario edificio de gran altura, cuya estructura y paredes simulaban la figura de un gran hombre fornido con cabeza se elefante

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Este lugar era nada más y nada menos que la sede de la Familia Ganesha, la Familia con más miembros de todo Orario y principal encargada de la seguridad de esta.

Actualmente, una fiesta se celebraba en su interior, una reunión organizada por el mismo Ganesha entre los dioses que a día de hoy habitaban entre los muros de Orario.

Normalmente, los dioses no celebraban fiestas en sus sedes, pues la mayoría de estos no contaban con edificios de suficiente envergadura para dar cobijo a un número elevado de invitados.

Por ello, solían usar mansiones prestadas por nobles o burgueses, o bien el mismísimo Gremio se encargaba de procurarles un lugar para la celebración.

No obstante, Ganesha era un dios...peculiar, por decirlo de una forma, y siempre que celebraba una fiesta lo había en su propia sede.

En el interior de la sede de Ganesha, numerosas personas con elegantes trajes estaban reunidos en una amplia y elegante sala, iluminada por hermosas lámparas y arañas que golgaban del techo y las paredes.

Todos los invitados, los cuales eran en su totalidad dioses, permanecían en el centro del lugar, charlando entre ellos o disfrutando de los deliciosos platillos y bebidas colocadas sobre las mesas distribuidas a lo largo y ancho de la sala.

Los únicos presentes no divinos eran los sirvientes y camareros que, con bandejas en sus manos, recorrían el lugar ofreciéndole todo tipo de bebidas y comida a los dioses.

Junto a una de estas mesas de comida, algo alejada del resto y degustando tranquilamente un vaso de vino, había una hermosa diosa de estatura alta, cabello corto rojo alborotado y un único ojo de color carmesí, pues su ojo derecho estaba oculto tras un parche de cuero negro.

Junto a una de estas mesas de comida, algo alejada del resto y degustando tranquilamente un vaso de vino, había una hermosa diosa de estatura alta, cabello corto rojo alborotado y un único ojo de color carmesí, pues su ojo derecho estaba oculto tr...

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El Héroe de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora