𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒔𝒆𝒊𝒔

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—Amiga, aveces pienso que Iván te miente. ¿Tan pronto su salida laboral, de eso de viajar?—suspire, cansada de siempre lo mismo. Ella era mi amiga o eso pensaba, no una mina que me la re baje poniendo en mi cabeza más pensamientos confusos.

Sí, tiene mucha razón. De pronto se va y de viaje, ¿pero, para que mentirme si necesita irse? ¿tendrá otra?, gracias Lara por hacerme sentir insegura. Si fuese cierto creo que sería estúpido, nos casamos.

El timbre sonó para todos. Agarre mis cosas y me puse de pies. —Creo que nos vemos mañana...

—Sí cómo sea, pero abre los ojos. No quiero tenerte después con lágrimas y mocos en mis brazos, porque el idiota infiel te hizo tal cosa —Ignore aquello y salí de ese lugar, que por momentos me sentía asfixiada e incómoda.

Camine lo más rápido posible para no querer cruzarme con los gemelos, pero no fui tan rápida gracias a los tacones. Una voz reconocida me hizo detener.

—¡No te apures princesa! —miró quien era. Otra vez con el no— ¿Soy yo o te me estás escapando?

Suelto una risita sarcástica. —No. Jamás me escapé de ti, ahora mismo estoy y por eso debo irme. —me intento alejar de el y su agarre en mi mano. Que por un momento no me di cuenta que su agarre estaba siendo más fuerte en mi mano.

—¿Cuándo me aceptas una salida? —insistió.

—En serio Fede, necesito irme. —intente sonar calmada y tranquila, pero su agarre aún estaba en mi mano. Sin ser brusca, deje su mano con suavidad. El hizo una mueca y asintió.

—Espero que Iván cuide de ti. Y muy bien, tienes muchos pretendientes atrás que no quisiera dejarte así nomás...—pude escucharlo decir atrás mío cuándo ya estaba cruzando la puerta de la salida del instituto.

No es que me sorprenda, si sabia que tenía atrás en especial a mis alumnos, los gemelos e hijos de mi esposo. Realmente era algo muy imposible de creer, no siempre tuve esa extraña "conexión" con otros alumnos, nunca me importó o tal vez sí pero no mucho el oír comentarios de mis alumnos coqueteando. No le llevaba mucho el apunte o me hacia la sorda, pero con ellos es tan distinto de explicar.
Más si fue tan distinto el tener sexo con ellos y a la vez revolcarme con su padre, era una zorra. Sí lo soy, ahora que lo pienso no tendría alguien que me defienda y diga "No eres zorra" porque lo soy.

—¡Prece! —pare en seco. Ésa voz.

Una extraña corriente acaricio la piel de mi espalda, poniéndome la piel de gallina. Me giró por sobre mis talones y lo veo, estaba él mayor de los gemelos. —¿Tom, dime?

—¿Puedes llevarme? —me preguntó mientras que su mano tocaba su nuca, cómo si le hubiera agarrado pena preguntármelo.

Trague saliva y asentí, pero me arrepentí de mi afirmación. ¿Estaba haciendo lo correcto?, conozco al menor que tengo a mi lado y sé lo sucio que puede jugar y más si estamos solos en un ambiente que nadie más puede vernos. Aún estábamos en el estacionamiento del instituto, viendo al frente.

Debía arrancar pero no lo estaba haciendo. Suelto un suave suspiro y pongo mis manos en el volante.

—Si te sientes incómoda puedo bajarme. No quiero que pienses que intentare algo fuera de lugar, sólo pedí que me llevaras porque Bill tiene ocupando mi auto. —asiento, sin confiar en sus palabras. Capaz que se las ingenió con su gemelo para esto, que ahora me es totalmente incómodo.

Era un ambiente tenso. Nuestras respiración estaban fuera de ser normal, tome una bocana de aire y encendí. Llevándonos a nuestra meta final. Pude ver por el rabillo de mis ojos que todo el tiempo trataba de no hacer algún movimiento torpe, por ejemplo el de moverse en su asiento y accidentalmente roce sus rodillas con las mías. Trago duro y formo una línea en mis labios. Intentaba estar calmada, pero tenerlo a mi lado era algo tentador.

Paro el carro al llegar a casa. El se baja conmigo, agarro mis cosas y lo veo adelantarse hasta quedar frente la puerta, obvio que no iba abrirla sin que saque la llave. Busque con rapidez antes de acercarme a él, pero no la encontraba.

¿Es joda?

Mi bolso era grande que impedía que agarre mis llaves sin tocar otros objetos o eran mis nervios jugandome una muy mala broma. Tal vez sí.

—¿Las tienes o te las olvi–

—Si. —respondí sin dejarlo terminar. Si, esta claro que mis nervios hacían esto— Las traje y estoy segura, nunca saco mis llaves de mi bolso...

—Pero–

—Pero nada. Sé que pueden estar aquí.

Empecé a sacar mis cosas, dejándolas en el suelo y sacar todo y poder ver si se encontraba la llave. No, las llaves no estaban en mi bolso....¿pero, cómo?

—Joder no, mi bolso siempre está en mi escritorio. Nunca, pero nunca jamás las saqué de su lugar. —enloquecí, intentando no reaccionar más de lo paniqueada que estaba. Temia quedarme sola y con el.

—Bueno, no se. Tal vez te las olvidaste adentro, o–

—¡Imposible! —el me miró. Atento. —Siempre y recuerdo bien que las llaves las dejo la noche anterior en mi bolso, no estoy loca. Pero tal vez me las sacaron de mi bolso. —el suelta una risa y niega.

—No lo creo. Seguro no, ¿quién quisiese tu llave? —uso ese tono sarcástico, moviendo sus manos sin razón.

—Un ladrón, ¿no?, solo para robar mi casa. Pero apenas me enteré quién fue, será sumamente sancionado del colegio. Más si es una broma pesada de mis alumnos. —noté que en su rostro se reflejó incomodidad, la manzana de su cuello se movió con dificultad al tragar saliva.

Y si el estaba en esto...no, no creo. Es algo tonto, por su parte que el me deje afuera de la casa, y el también.

Lo peor que sucedería es qué, con el clima que tenemos es que se largue a...¡Mierda Emily, cierra tu boca!
Como lo estaba prediciendo. Se largo el agua, con fuertes golpes de agua en el cuerpo. Con Tom corrimos sin otra solución al coche, metiéndonos allí y otra vez en ese lugar incómodo, ese lugar que me pone pensamientos horribles por su parte. Encima que desconfío, no solo de el sino también de mí.


















Estaré esperando de sus votos y comentarios. Plis chicas, apoyen mis historias. Graciass las amo, adiós.💞

𝔸 𝔻𝕒𝕣𝕜 ℝ𝕠𝕞𝕒𝕟𝕔𝕖|| 𝗧𝗼𝗺 & 𝗕𝗶𝗹𝗹 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora