𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒕𝒓𝒆𝒔

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—¡Dormilona despierta, llegas tarde!— rápido me pongo de pies, con el rostro aún adormilado y debilidad corporal, comencé a caminar e intentar correr.

—¡Joder!— había caído, enredandome con las sábanas de la cama. Miró, visiblemente logre ver una figura reconocida —¡Mi trabajo!— recordé, nuevamente intente pararme pero me balance. Estaba tan desconcertada, me sentía tan débil.

—Hola Emy— escuche, su voz tan ronca y algo, sarcástica. Ese tono de...tio engreído, todo chulo, vestido con su misma ropa holgada y bandana en su frente, qué lo hacía ver tan egocéntrico, le iba bien en éso —Gracias—

—Ni siquiera hable— me burló

—Pues, tu mirada me dijo de todo, eso lo que no te atreves decirme— entro a la habitación, mía y de Iván, levantándome. —Iván me llamo, propuso desayunar en familia. Que te llevemos al colegio...— ¡vaya propuesta, Iván!

—Grandioso, Iván está obsesionado de que seamos la familia perfecta— ironizó con un tono de molestia, era el colmo si Iván se fijaba en esto, qué en su propia vida. Iba a enloquecerme, a mí, sí.

—Ni a palos te considero como mi madre, ya te la metí y saqué, hasta por el cul..‐

—¡Tom levanta a Emily!— escuche una voz, tan reconocida. Era la de Bill, ¡¿cómo podría...—¡Oh, ya están jugando!— rie

—¿No te quieres unir?— hablo Tom, sarcástico haciendo que Bill riera —¿Iván?—

—Enseguida vuelve, fue a comprar unas cosas en la esquina— asentimos, viéndonos. No sé, pero sentí una fuerte tensión entre los tres, estar en silencio, quietos enfrentados viéndonos. Era algo fuerte, yo había experimentado ya con ambos, lo que era un trío y con gemelos, hermanos.

Estaba tan incómoda en medio de ambos, que iba hablar pero Bill se acercó a mi, agarrándome desprevenida. Me acarició la mejilla, lentamente para agarrarme del mentón, subir mi mirada a él que la estaba esquivando, todo el tiempo, y por temor y vergüenza. Estalló sus labios contra los míos, besándome delicadamente, suelto un suspiro pesado haciendo que mi yo reaccione, dando pasos atrás.

Intenté tirar a Bill conmigo arriba pero no me dejo, vino Tom sobre mí empezando a besarme mientras Bill se ponía de cuclillas en el suelo y frente mío, quedando su rostro con el mío. Comencé a besarlo, frenéticamente —¡Mh!— jadee al sentir la lengua de Tom jugar con mi pezon, estaban martirizandome

—¡Ya llegué, Emy, Tom y Bill!— rápidamente los empujó, asustada me pongo de pies. Acomode mi cabello, blusa y los gemelos hicieron lo mismo, tuve que fingir demencia.

—¡Estuvieron conmigo arriba!— hablé mientras bajaba delante de ellos. Iván, casi orgulloso sonrió, poniéndonos tranquilos por parte —Me hablaban de su...conciertos que tendrán, grandioso— suelto un suspiro, de alivió claro

—¿Sí? pues, me da gusto que nos hayan invitado...en especial tú Tom...— pusimos la mirada en Tom, quién asintió para nada sonriente o cómodo por Iván. Entendía, aún tenía un enojo, no sabíamos bien si era bastante o poco, pero lo miraba con desprecio y total irritación. ¿Qué fue lo que hizo Iván?

Sé su historia, me la contó cuándo me presento con ellos, ¿pero me perdí de alguna parte de la historia?

Decidí interrumpir, la tensión se podía sentir —Mmm...¿no se nos hace tarde?— hablé, viendo a los chicos y luego a Iván. Él asintió, poniendo una forzada sonrisa —¿Tú salís a trabajar hoy?—

—Si, vuelvo tarde. Espero que no me esperes, ni en la cena— besó mi frente delicadamente —Tranquila, es mucho trabajo pero se puede arreglar— asiento, no muy convencida.

—¿Puedo pasar la noche con Lara? ya que estarás ausente— sentenció, pero el termina aceptando. Tampoco muy convencido

—No tengo problemas, si salís espero que me avises ¿sí?— otro beso en mis labios, carraspeo incómoda viendo a los gemelos levantarse, cogiendo sus mochilas y frutas del refrigerador. Asiento, viendo a ambos, cada movimiento —Ey, mañana hablamos en unos pendientes asuntos. Tranquilízate y lo resolveremos mañana en cuánto llegues, ¿bien?—

—Sí, nos vemos— otro beso —Basta, tus hijos...‐

—¡Se nos hace tardeee!— apuró Bill, saliendo con Tom del comedor. Miré a Iván quién sonreía —¡Emily!—

—Te adoran— susurró con una sonrisa de felicidad —Gracias...—

—Y lo harán contigo también, recuerda, todo tiene su tiempo. Son unos adolescentes, no saben mucho de la realidad pero pronto...van a solucionar sus problemas...— él asiente, con una ladeada sonrisa me despide. Antes de que me dejasen los gemelos, corrí, rápidamente vistiendome. A mi gusto, manera y luego hacerme un leve maquillaje, ponerme corrector que me cubre las ojeras, y yo odio las ojeras.

Cogiendo la llave del coche y mis demás pertenencias, otro labial qué otros, perfumes, entre demás gomas de mascar, me lo llevé y subí al coche. Quién los gemelos estaban viciados del teléfono, los ignore, por mi propio bien.

Sino, todo terminaría mal.

En cuánto llegamos, agradecí que el camino fue cómodo y poco silencioso, me sentía muy relajada y con ganas de contárselo a mi amiga, Lara, —Hablando de roma— dije al verla pasar la puerta de la oficina, reí viéndola venirse con una sonrisa...grandísima —¡Te extrañé, todo el fin de semana— exagere con mis palabras, haciéndola reír

—No sabes lo que yo a ti....— reímos —¡Tengo buenas noticias!— soltó, sonriente. Puso su trasero en la silla, mirándome sonriente, decidió hablar —¡Tuve un grandiosísimo fin de semana! ¡Emily, te cuento...!—





HOLIS, espero que se encuentren bien mis lindas lectoras. Pasaba a dejar unos borradores, luego me iré por un larguísimo tiempo...(no confirmo nada, si vuelvo o no) pero espero que se podamos ver(LEER), pronto.

Las quiero mucho, atrás de esto pueda darle mg y nada. Bay🥰

𝔸 𝔻𝕒𝕣𝕜 ℝ𝕠𝕞𝕒𝕟𝕔𝕖|| 𝗧𝗼𝗺 & 𝗕𝗶𝗹𝗹 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora