𝔸 𝔻𝕒𝕣𝕜 ℝ𝕠𝕞𝕒𝕟𝕔𝕖|| 𝗧𝗼𝗺 & 𝗕𝗶𝗹𝗹 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇

𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆

Narrador Omnisciente

Había pasado todo, Iván comentó a Emily de irse nuevamente en un viaje, y por su labor y fue, son tres días de que no está en Alemania. Por otro lado, los gemelos siguen llevándose mal, cruzándose en toda la clase, ambos fueron advertidos más de una vez por ella e ignoraron eso.

Es sábado, todo más calmado para Emily que invito a su amiga a la casa, los gemelos ya no van juntos y tampoco andan juntos visitando la casa de su padre donde quedaba solo Emily, pasó algo más allá de aquellas extrañas peleas en el colegio, compitiendo en todo. Emily quedaba fuera de está pelea y de ellos, ¿o no?

—¿En que piensas?— su amiga la saco del trance

—En los extraños comportamientos de los gemelos, osea pasa algo y debo averiguarlo— pensó en voz alta

Su amiga dejó el esmalte para uñas, mirando con atención a su amiga —Si, también digo lo mismo, ambos están siempre compitiendo y volviéndose todos unos irreconocibles. De ser populares a unos enemigos, ¿sabéis algo tú?— pasó nuevamente el esmalte en sus uñas, con lentitud mientras Emily miraba su móvil.

—Debería citarlos, a ambos— propuso pensativa —Ellos deben explicarme, de amigos a enemigos....medio raro...— Lara rie —¿Que es gracioso?—

—Osea, tal vez tu eres la causa. Siempre lo eres, estás en todo y el mismo trozo de carne por quién pelean— bromea, haciendo reír a Emily

—¡Ja! ni de broma, niña no, es algo más...lo sé, me ocultan algo que no quieren decírmelo, ni siquiera me miran en el colegio—comentó Emily sintiéndose la causa, de verdad que Lara tenía razón.

Los gemelos ocultaban algo más pero...también discutían por ella...¿desde cuando se habían vuelto así de competitivos por una chica? cuándo lo único que hacían desde pequeños compartir, si, hasta chicas. ¿Emily era la excepción para hacerlos pelear?

''EᗰIᒪY ᖇIᑕᕼTEᖇ´´

La semana había arrancado y decidí citar a los gemelos a mi oficina, debían decirme que demonios les ocurría sino terminarían expulsados. Sus profesores se quejan conmigo nomás por sus inmaduros comportamientos.

La puerta se abrió, haciéndome ver a ambos con ceño fruncido.

—Adelante y cierren la puerta— Hable firmemente. No iba a hacer notable mis nervios, estaba más que nerviosa.

—¿Nos mando a llamar, preceptora?— Rompio el silencio el mayor, quién miraba hacia el suelo.

—Si, yo los note tensos...muy, desde la semana que noto sus cambios, su malhumor, sus peleas constantes, sus sanciones seguidas...¿acaso quieren ser expulsados?— Cruzó mis brazos, algo molesta me pongo de pies sin recibir ni una palabra o asentimiento de su parte. —Creo que son ya grandes, saben que les conviene...hablen, ahora— demande. Estos seguían cabizbajos.

—Emily...

—Cállate idiota— Escuche que le susurró el de trenzas y nuevamente comenzaron a pelear.

—¡Suficiente! ¡No hablan y terminan expulsados! Esto debo hablar con su padre...¿que les pasa? ¿qué los tiene separados?— Ellos por fin pusieron sus ojos en mi, noté sus idénticas sonrisas con dentaduras perfectas sonriendome. Oculte mi nerviosismo por sus miradas en mi. —Estoy cansada de verlos pelear, antes eran...más juntos, tiernos, me hablaban y ahora parece ser que todo se fue al carajo....¿o están enamorados?— Ellos se miraron, entre sí se regalaron una leve sonrisa.

—Si...¿no es obvió?— Carcajeo el de trenzas.

—Si me parecía, por eso se peleaban...¿es todo por una chica, no?—