El calor del Sol me pega justo en el rostro. Abro un ojo a duras penas y veo como la luz invade por completo mi habitación. Aunque ya es de día, vuelvo a cubrirme la cabeza con las mantas porque no hay manera de que me despegue de las sábanas.
Segundos después siento el golpeteo de la puerta
-¿Puedo? –pregunta Tom desde el otro lado
-Pasa -digo aun somnolienta
Da un paso dentro de la habitación y me observa con sus brazos cruzados sin decir nada
-¿Y te vas a quedar ahí por...
-Por que quiero contemplar a mi hermosa hija
La verdad dudo que a estas horas pueda lucir hermosa, pero aun así finjo creerle. Me hago a un lado de la cama y Tom se acerca rápidamente a llenar el espacio vacío.
-Te extrañé -dice
Tom siempre fue de pocas palabras, pero entre nosotros nunca necesito más que eso. Siempre nos entendimos, nunca me ha costado mucho trabajo entenderlo. Supongo que es porque somos de la misma especie, a los dos nos cuesta expresar abiertamente nuestros sentimientos.
Lo observo de reojo divertida
-También yo -admito
Nos quedamos recostados charlando. Mantiene la misma gracia para contar historias y aventuras. Recuerdo que de pequeña podía pasar horas y horas escuchándolo. Pero mi historia favorita siempre fue cuando conoció a Loreen. Ahora no estoy segura de que esa historia me guste más.
Luego de algunas historias más, se levanta y me deja un fugaz beso en la frente.
-En un rato bajaremos al pueblo a comprar algunas cosas ¿vienes con nosotros?
Veo el panorama tras la ventana junto con mi muy confortable cama y la decisión es unánime
-Prefiero quedarme -le respondo hundiéndome más entre las sábanas
Ríe y pasa su mano por mi cabeza tal como hacía cuando era pequeña
-De acuerdo, entonces supongo que nos veremos dentro de un rato
Sale de la habitación y me quedo tumbada boca arriba. Me pierdo a kilómetros de distancia pensando en lo diferente que es mi relación con Tom en comparación con Loreen. Ahora que tengo la edad para verlos claramente, son tan distintos, tan incompatibles ¿cómo fue que estuvieron juntos siquiera?
Mi meditación se ve interrumpida por el bullicioso motor de la camioneta de Tom. Observo por la ventana como se alejan y sonrío por el maravilloso placer de tener la casa solo para mí.
-Estoy sola -murmuro pensativa
Y al instante miles de ideas empiezan a desarrollarse en mi cabeza.
Decido partir con el desayuno, porque no soy un ser funcional con el estomago vacío. Así que salgo de mi habitación con intenciones honestas y decentes hasta que mis pies se detienen ante la puerta, que casualmente, se encuentra en la habitación de huéspedes, es decir, la temporal habitación de Liam. Sé que en este momento debería obligarme a seguir mi camino y alejarme de provocadoras tentaciones, pero soy en defecto curiosa, además la jodida puerta se me cruzó en el camino.
¿Quién podría culparme? ¡Culpen al pedazo de madera!
Me acerco lentamente hacia la puerta como si alguien pudiera descubrir mi travieso plan. Sé que es una idiotez porque estoy sola en casa y yo misma vi la camioneta marcharse, pero aun así me acerco sigilosa y giro muy suavemente la manilla de la puerta, en el momento en que se abre, me adentro rápidamente y cierro la puerta tan de prisa que casi me atrapo un dedo.
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Condenadamente Enamorados
RomansaAntonella es una chica decidida, divertida, rebelde, con una pésima suerte y un imán para los problemas o ¿será ella el problema? Está decidida a no enamorarse nunca, pero un desastroso primer encuentro y una noche en prisión, harán que su vida se p...