Capítulo cuatro: Una oferta peligrosa

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12 de Septiembre: New Meridian

—¡Era Beowulf, él está de regreso y está por allá, dentro de ese autobús! —

Feng no entendía nada, solo entendía que Cerebella salió corriendo y ahora estaba muy emocionada por algún motivo.

—¿Beowulf el de las luchas? —preguntó Feng confundida.

—¡SIIIII, era él, te lo juro! El mismo que lo... — Cerebella no pudo terminar la oración sin que Feng la interrumpiera: —Que logró derrotar al guerrero de los Gigan, el imparable Grendel  en una pelea a mano limpia. Por favor, solías hablar de él todo el tiempo cuando tenías 14— exclamó Feng en un tono obstinado.

—¿Ah, sí? Al menos "él" si es alguien de admirar —exclamó Cerebella mientras volteaba su mirada en desacuerdo con la expresión de Feng.

—¿¡Sabes qué!? ¡No he terminado contigo! Te la pasas burlándote de mí y siempre tengo que llevar tus bolsas — Feng se dispuso a seguir reclamándole a Cerebella por su burla anterior.

— Ya deja de llorar, te compraré un chocolate —respondió Cerebella.

—¡¡¡Cuántas veces debo decirte que dejes de tratarme como a una niña!!!—

Las dos amigas comenzaron a caminar de regreso hacia la Torre Medici. Cerebella ocupó todo el camino hablando sobre Beowulf mientras ideaba una forma de encontrarse con él y conseguir que le autografiara a Vice-Versa. Feng no estaba del todo de acuerdo con su plan de esperarlo en el gimnasio, pues le parecía demasiado obsesivo por parte de Cerebella.

Mientras tanto, Beowulf viajaba en el autobús con una expresión seria. Últimamente, recordaba los enfrentamientos que había tenido hacía cuatro meses cuando la Skullgirl apareció. Aunque había logrado derrotar a todos sus oponentes con su técnica y su fuerza, sabía que seguía siendo humano y que oponentes como aquel detective de las tubas o incluso la misma Skullgirl podrían haber acabado con su vida en un descuido. Beowulf era consciente de que tarde o temprano se enfrentaría a amenazas aún más peligrosas. Había tomado una decisión: entrenaría sus habilidades hasta el punto de poder enfrentarse a cualquier bestia solo con su destreza y su técnica. No sería fácil, pero estaba determinado a convertirse en el número uno.

14 de Septiembre: New Meridian

Habían pasado dos días desde que Cerebella se encontró con Beowulf. Cerebella se encontraba en la esquina de aquella calle donde estaba el gimnasio, esperando a la misma hora a ver si Beowulf volvía a entrenar. Lo que la morena de pelo turquesa no sabía era que, Beowulf se había levantado temprano para entrenar el día anterior y hoy se había ido a entrenar cardio a las montañas.

Era el segundo día, en el que pasaban horas esperando sin que él apareciera. Era como si el grandullón estuviese varios pasos por delante. Cerebella comenzó a frustrarse; era realmente molesto cuando no conseguía lo que ella quería. Pensó en pedirle ayuda a Vitale, ya que ella consideraba que tenía "la mejor familia del mundo" y sabía que él podría ayudarla con lo que fuera necesario. En ese preciso momento, su celular comenzó a sonar. Era Vitale, y seguramente iba a pedirle algún favor o trabajo urgente. Al contestar la llamada, Vitale le pidió a Cerebella que regresara al Medici Tower cuando pudiera, ya que necesitaba hablarle sobre algo importante.

14 de Septiembre: Medici Tower

Al regresar, Cerebella tomó el ascensor directo hasta el último piso, esperando encontrarse con el viejo amargado de Lorenzo junto con Vitale. Para su sorpresa, no estaba Lorenzo allí, sino únicamente Vitale, sentado en el lugar de su padre, fumándose un cigarro mientras Ottomo lo acompañaba.

El Lobo De New MeridianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora