Capitulo tres: Una trapecista confundida

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12 de Septiembre: Medici Tower

Una alarma sonaba sobre una mesa de noche. Lentamente, una mujer de cabello turquesa se levantaba de entre las sabanas de una cama. Era Cerebella, quien se había quedado sentada sobre su cama mientras seguía sonando su alarma. Se le notaba el sueño entre sus ojos, los cuales estaban casi cerrados, mostrando una expresión obstinada. Se quedó varios minutos contemplando su habitación; estaba bastante ordenada. Tenía un escritorio con varios libros que no había leído, y un gran armario lleno de ropa, el cual estaba pegado a la pared a modo de cuarto. Su habitación también contaba con un baño propio y su cama, la cual era muy grande y ocupaba mucho espacio, junto con dos mesitas de noche y una pequeña lámpara. Aunque le daba mucha vergüenza, ella tenía muchísimos peluches decorando su cama, y también tenía un estante lleno de cosas como revistas de moda, más libros, recuerdos de los viajes de Vitale y mucha mercancía discontinuada de un famoso luchador llamado Beowulf, o al menos solía serlo. A Cerebella originalmente no le gustaban las luchas hasta que un día presenció por televisión a un hombre que derrotaba a un Gigan. Ella era una niña para ese momento, tenía sus ojos pegados a la pantalla del televisor. La multitud enloquecía, puesto que un hombre logró lo imposible: derrotar a un Gigan solo. Minutos después, una Gigan aún más grande rompía sus cadenas para asesinar a aquel hombre, pero como si fuera un héroe, él la derrotó. Su nombre era Beowulf. Desde ese día a Cerebella le gustaron las luchas y se volvió admiradora de aquel luchador. Naturalmente, compraba mercancía del mismo: pósteres, figuritas de acción, camisas, etc. Ella tenía once en ese entonces, los años pasaron y nunca volvió a saber de dicho luchador, aunque aún conservaba mercancía del mismo con algo de vergüenza y discreción..

Tras apagar la alarma de su celular, alguien comienza a golpear la puerta de su habitación desde afuera.

—¡Levántate, ya son las diez!— exclamó su compañera de piso.

Cerebella, con los ojos cerrados y una expresión llena de decepción, preguntó:

—¿¡Pero por qué tan temprano!?— exclamó gritando su frustración.

Luego recordó que Regina les había dado vacaciones por su duro trabajo y había planificado que ella y su compañera Feng saldrían de compras en la ciudad, ya que tenía mucho tiempo sin salir para hacer algo divertido.

Cerebella se levantó de su cama sin muchas ganas, dio unos pocos pasos hasta la puerta de su baño, abriéndola y revelando un baño bastante espacioso con ducha, bañera, lavamanos, etc. Tras cepillarse los dientes, colocó música a todo volumen y procedió a bañarse con agua caliente. Cuarenta y cinco minutos más tarde, la morena sale de la ducha, revelando un cuerpo delgado, lleno de curvas, bien definido y muy atractivo, digno de una acróbata. Tardó una hora entre secarse, vestirse y maquillarse. Se puso ropa casual. Por lo general usaba vestidos y ropa llena de color, pero el día estaba muy frío, así que decidió vestirse con algo más adecuado para la ocasión. Se vistió con una licra negra de lana no muy ajustada, un suéter tejido con cierto tono de blanco y un abrigo de tela bastante cálido y muy cómodo, con ese color naranja claro que tanto le encantaba. Antes de que se fueran, la morena se puso unas botas casuales. Luego, tomó un morral algo pequeño. Dicho morral estaba hecho de un cuero de color blanco, el cual lucía bastante femenino y combinaba increíblemente bien con su vestimenta. Recogió a Vice-Versa y lo metió dentro de dicho morral y se lo puso. Listas y preparadas, las dos chicas salen del departamento rumbo a divertirse.

12 de Septiembre: New Meridian

Ya eran las doce y media del mediodía. Las dos chicas caminaban hambrientas hacia una cafetería recién inaugurada en la ciudad. Se comentaba que dicha cafetería tenía buenos desayunos y unos postres deliciosos. Cerebella iba caminando muy callada, lo cual resultaba muy raro, puesto que usualmente ella suele molestar a Feng con frases como: "¿Qué te pasa, enana, no puedes caminar más rápido?". A Cerebella le encantaba burlarse de Feng por cualquier cosa, pero esta vez no; simplemente caminaba lento y con la mirada fija hacia el frente en un silencio inusual.    

El Lobo De New MeridianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora