La mañana de sábado había transcurrido sin demasiadas emociones para ambas nuestras protagonistas. Chiara se había despertado temprano y había decidido ir a un parque cerca de su casa para hacer algo de deporte, correr y quitarse de encima unos nervios que tenía desde hace un tiempo. Luego se había ido a su casa, se había duchado, había cocinado algo para el almuerzo y se había tumbado en el sofá para descansar un rato.
Violeta, por otro lado, se había despertado un poco más tarde, como solía hacer los sábados de trabajo, sabiendo que la cama, por la noche, sería un sueño muy lejano y poco concreto. Se había tomado un tiempo en la cama con los ojos abiertos, solo mirando el techo, se había echado un baño caliente y había continuado el cuadro que a lo largo de esa semana iba a recoger Anna, la chica que se lo había pedido. Se había comido unas tostadas para almorzar y se había dedicado a una sesión prolongada de escuche de música.
Ninguna de las dos se había parado demasiado en pensar a la otra, quizás porque la tarde del día anterior se le había antojado de paraíso y no querían volver a aquella sensación desesperada de estar juntas, pues ninguna de las dos sabía si a la otra le gustaba la idea.
Sin embargo, ambas habían elegido con sabiduría las prendas por llevar esa misma noche, para impactar en la otra.
Chiara llevaba unos pantalones negros ajustados, unas botas que le llegaban casi a las rodillas, una camisa con quizás demasiados botones desencajados y una chaqueta de cuero, mientras Violeta había optado por una falda vaquera, unas zapatillas de deporte blancas, una camiseta blanca y una americana gris: en fin, las dos en sus antípodas.
Cuando Chiara había llegado al bar éste ya estaba reventado de gente, las luces cálidas los hacían parecer aún más y la barra estaba llena, por eso Violeta ni se había enterado de su presencia.
"Hola, Vivi" la saludó la morena cuando por fin pudo acercarse.
Vivi, me gusta este apodo, pensó la pelirroja.
Cuando ésta levantó la vista y por fin la clavó en la figura de la cantante que la miraba al otro lado de la barra casi se desmaya. La belleza que desprendía Chiara esa noche era demasiada y esto daba continuos cortocircuitos en la cabeza de la camarera.
Tardó muy poco en devolverle el saludo pero a Chiara, atrapada en la mirada de Violeta, parecían haber pasado meses.
"¿Qué tal estás?" Le pidió la morena.
"M-muy bien, y ¿tú?" Le devolvió no sin dificultades Violeta.
"Bien, gracias" y se calló. Qué raro, estaréis pensando lectoras, ¿¡Chiara Oliver callada?! Es que sí, por qué la chica estaba tan nerviosa que su interlocutora. La camiseta que llevaba Violeta le marcaba el escote y cuando ésta se giró a por un vaso para un pedido de un chico el culo enfundado en aquella falda había saludado a la morena con un gesto claro.
"¿Lista para saltar al escenario?" Le preguntó Alex recién llegado.
"Claro, chief" le contestó la morena. Se bebió de un trago su solito vaso de agua y se marchó para empezar el show.Las notas de The Climb resonaban en el ambiente, las parejas estaban bailando al centro de la pista bien pegadas dejándose llevar por la dulce voz de Chiara, algún que otro grupo de amigas y amigos estaban improvisándose músicos cantando en modo karaoke y Violeta, libre de mucho trabajo, estaba con los codos apoyados en la barra y los ojos fijos en la figura de la morena.
En un momento en el que las miradas chocaron, no se resistieron en sonreírse mutuamente. Alguien que las mirara desde fuera podía atreverse a decir que entre aquellas dos algo gordo había pasado, que se conocían desde tiempo y que habían vivido juntas todo tipo de situaciones. La realidad era más bien diferente y aún más especial, pues aquellas dos personas que se miraban de aquella manera no habían compartido más que unas conversaciones no tan largas ni tan profundas pero sus ojos eran los protagonistas en su historia, eran ellos los que tenían un imán que las hacía encontrarse cada vez que estaban cerca.
La música mientras tanto había ido cambiando y el ritmo de la canción de Chiara había subido un poco de tono, así como había cambiado el color de los focos en el escenario que habían pasado de un tranquilo azul a un más bien apasionado rojo que había llenado el espacio de una atmósfera más cálida. La voz de Chiara cantaba un tema que había escrito hace unos cuantos años, Mala costumbre, así le había nombrado.
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So fu**ing special
FanfictionVioleta es una chica tímida que trabaja de camarera en un pequeño bar de Madrid. Su gran sueño es el de abrir una galería de arte, con sus cuadros y los de otros artistas jóvenes. Chiara es una chica extrovertida, su amor mas grande es la música, es...