Intimidad

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Cuando Violeta salió del baño Chiara estaba sentada en su cama, los ojos cerrados y el respiro calmado.
"Kiki" la llamó Violeta.
Ésta abrió los ojos y se encontró con la camarera que la miraba con una sonrisa dulce, los mechones pelirrojos aún mojados le caían a ambos lados de la cara y no había rastros de maquillaje. Le parecía una niña pequeña en aquel momento.
"Puedes irte tú, si quieres" le dijo en fin.
"Sí, ahora voy" carraspeó un poco la morena "antes de que me meta en la ducha, ¿necesitas algo?" Le preguntó nuevamente la cantante.
"Solo descansar, no te preocupes, estoy bien" le agradeció con la mirada y le acarició levemente la mejilla.
"Vale, vuelvo en un rato" le dijo la morena y se fue al baño.
Cuando después de casi media hora salió, la imagen que se encontró le hizo calderilla el corazón. Violeta estaba tirada en su cama, las mejillas eran sonrojadas por el llanto de hace unas horas, el pijama remangado ligeramente por los hombros y los brazos rodeaban el peluche que Chiara tenía desde cuando tenía 5 años, sus padres se lo habían regalado un día en que ella se había caído en la escuela y había terminado por romperse el tobillo.
"Has conocido a Meni veo" le dijo la ojiverde indicando al peluche.
"Sí, es muy bonito y abraza súper bien" le contestó la pelirroja.
"¿Puedo?" Le preguntó la morena antes de tenderse a su lado.
"Claro, tonta, es tu cama" carcajeó Violeta "es más, si te molesto, me voy al sofá" le susurró en fin.
"Que no" le dijo apresuradamente Chiara "quiero que estés aquí" y por fin se tendió cerca suyo.
Permanecieron unos minutos, pero quizás fueron horas, mirándose en silencio. De vez en cuando la mirada de una se clavaba en los labios de la otra y al revés, pero finalmente siempre encontraban el camino de vuelta a los ojos, sin dejarse llevar del todo, también por el miedo a estropear un momento tan íntimo.
"Gracias, por todo lo que has hecho para mí" le agradeció en un susurro Violeta.
"No tienes que darme las gracias, lo he hecho porque me lo pedía éste" le respondió Chiara indicándose el corazón.
"No sé cómo es posible.." le dijo la pelirroja, frunciendo levemente el ceño.
"¿El qué?" Le devolvió la cantante retomando el camino de sus caricias sobre la piel de Violeta. Sus dedos pasaban por la mejilla hasta el cuello y se perdían por los brazos y la espalda, recorrían el camino al revés y acariciaban el pelo de la pelirroja donde se demoraban un poco más.
Violeta le contestaba con los ojos cerrados, intentando evitar que el corazón le desbocase, había vivido todo tipo de emociones aquella noche y las caricias de Chiara le parecían agua en el desierto.
"Lo que nos pasa" le dijo en fin.
"Es precioso" le sonrió la morena.
"Pero ¿qué has visto en mí?" Le preguntó curiosa Violeta.
"Te he visto" dijo sin más "Te he visto el primer día, tenías el ceño fruncido y la lengua levemente afuera, estabas concentrada en versar un licor en un vaso, cuando todo estaba perfecto levantaste la cara y se lo tendiste a la mujer que te lo había pedido, tus ojos brillaban y aparecieron los hoyuelos que te marcan la sonrisa" describió Chiara.
Violeta sonrío levemente y la morena continuó su discurso. "Te oí hablar con el tío del margarita, menudo gilipollas" carcajeó la cantante al recordar el chico ese "pero tu respuesta me encantó, lo encaraste de manera simpática e inteligente. Luego, cuando me acerqué, vi otro lado de ti y esto sí que no me lo esperaba" se paró un momento al recordar su mirada en ella por primera vez "Me hablabas con algo de cautela, a lo mejor te había parecido un poquito cabrona en aquel entonces" carcajeó la morena haciendo que Violeta también sonriese.
"No fuiste una cabrona, solo... Es que me mirabas con tanta intensidad y yo no estoy acostumbrada" le dijo sin más.
"Muy mal, deberías estar acostumbrada a ser mirada todo el rato, porque eres la mujer más bella que he visto en mi vida" le abrió sus pensamientos de par en par la morena.
"Calla" solo le dijo Violeta cubriéndose la cara con sus manos, manos que Chiara prontamente le quitó para poder verla.
"Lo eres, Vivi" y le sonrió a la vez que soltaba un soplido "No sé muchas cosas de ti, pero las quiero descubrir todas. Quiero saber cómo desayunas por las mañanas, quiero saber si roncas por la noche, como tomas el café, cuál es tu color favorito. Quiero saber qué te ha llevado a este punto de la vida. Y por primera vez en mi vida quiero decirte todas estas cosas también, si tú quieres, claro" le dijo de carrerilla Chiara.
"Quiero oírlas" le respondió Violeta con los ojos aguosos. Las palabras que acababa de decirle la medio inglesa se le habían clavado en el alma y se había dado cuenta de haberse totalmente equivocado en los pensamientos hacia aquella chica tan guapa que tenía delante.
Chiara retiró una lágrima que se le había escapado y la cogió con su dedo, luego posó un beso donde la gota había creado un surco mojado y entrelazó sus dedos.
Charlaron un poco más de tonterías, Chiara se había propuesto hacerla reír para ver aquel hoyuelo hermoso y sobretodo para quitar cualquier tipo de rastro del miedo que la chica había vivido. Después de un rato así, al verla bostezar más de una vez, Chiara apagó la luz de su mesita de noche y le deseó las buenas noches.
"Kiki, ¿duermes?" Le preguntó Violeta pocos minutos después.
"No, Vivi, ¿por qué? ¿Quieres algo?" Se giró la morena para encararla.
"¿Me puedes abrazar?" Le pidió la pelirroja.
Y sin siquiera contestarle, la morena estiró sus brazos para acoger a Violeta en el hueco de su cuello, como si aquel lugar hubiera sido inventado a propósito para ella, y así, con los brazos de la pelirroja envolviendo los suyos y su cabeza a la altura de su corazón, llegó el sueño.
Sería el paraíso poder dormirse siempre así, pensaron a la vez.

So fu**ing specialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora