El director Cucurucho tenía sus manos en la cadera, estaba enfrente de la entrada de la prisión, siendo acompañado por tres guardias.
Miraba su reloj de vez en cuando, en cualquier momento llegarían los reclusos que habían participado en la fuga.Tenía los ojos de su jefe y de compañeros directores de otras penitenciarias en todos sus movimientos y con esa fuga estaba en la línea de fuego; se encargaría de que no se le vuelva a escapar ningún recluso.
Cambió de postura a cruzarse de brazos al ver llegar un furgón del cual salieron 3 reclusos: Roier Alt, Baghera Jones y Cellbit Lange.
El último sonrió.— Hogar, dulce hogar. — Cellbit sonreía mirando al director; tenía los ojos entrecerrados por el cambio de luz entre el oscuro interior del furgón al sol brillante de la mañana.
— ... Les informo que la prisión ha presentado cargos como acusación contra los tres por agresión en grado de tentativa, homicidio, omisión del deber de socorro y vandalismo, que se sumarán a la petición de la fiscalía por la fuga.
El lenguaje corporal de los 3 era bastante diferente, Baghera estaba un poco perdida porque llevaba tiempo dormida, Cellbit mantenía su pequeña sonrisa y Roier parecía ser el único verdaderamente preocupado por lo que decía el director.
— Si no estaban como en casa, les recomiendo que empiecen a estarlo. — El director hizo un movimiento con su cabeza y los guardias empezaron a adentrar a los 3 presos a la prisión.
Cuando entraron, Cellbit y Roier fueron separados de Baghera, quien fue llevada al módulo 1 de mújeres.
Así que ahora Roier y Cellbit estaban entrando a la sala de cacheo con su uniforme de color negro; estarían con el uniforme de recluso peligroso hasta nuevo aviso.
Había un recluso nuevo en aquella sala, un chico castaño, con puntas rubias y ojos azules, pero ni Cellbit ni Roier le dieron mucha importancia.— Ustedes desnúdense. — Habló el guardia que estaba terminando de cachear al nuevo recluso, quien ahora ya se estaba poniendo rápidamente el uniforme amarillo.
— Al 727 revísalo bien. — Cellbit habló mientras se quitaba sus botas. — que se esconde teléfonos en cualquier agujero.
— Ese teléfono no era mío. — Respondió el de ojos café mientras dejaba su camisa en una caja de al lado; se quedó mirando a Cellbit, quien chistó mientras seguía desvistiendose.
— A partir de ahora hay nuevas reglas. — Interrumpió el guardia la pequeña discusión que Cellbit y Roier tenían.— Se acabó el libre tránsito por los módulos, no podrán ir al baño en medianoche, tendrán un inodoro en cada celda y aprenderán a tener respeto y disciplina. — El guardia caminaba enfrente de los tres reclusos, hasta que llegó con el de mechón blanco.— Y, por supuesto, se acabaron los agujeros en las paredes.
una sonrisa se plasmo en los labios de Cellbit, quien asintió con su cabeza.
El guardia volvió a caminar. — Se les han asignado nuevos trabajos, separados y controlados. — Hizo una pequeña pausa.— Cellbit Lange, limpieza. Roier Alt, cocina.
Roier al escuchar aquello miró de reojo a Cellbit quién se mantenía totalmente sereno; el de ojos café se preguntó por dentro si a Cellbit le hubiera gustado estar en cocina.
Regresó su mirada al frente, obligándose a no pensar en quién tenía al lado.Después de pasar el cacheo, estaban por fin entrando al módulo; Roier no pudo impedir que una sonrisa tirara de sus labios al ver a Bimbo, quién estaba esperándolos.
— Se les extrañó. — El guardia se les acercó a Cellbit y a Roier; a éste último le dedico una sonrisa mas genuina.
Y Cellbit lo notó.
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Nuestra Fijación °•.°.•.°.. guapoduo vis a vis AU !!!
FanficRoier era un contador en una gran empresa con una vida bastante tranquila, de no ser porque se había enamorado de su jefe. El mismo hombre por el que ahora debía enfrentarse a una condena de 7 años, de la cual Roier quería safarse lo antes posible...