Nuestra Fijación °•.°.•.°.. guapoduo vis a vis AU !!!

21.

Había pasado al menos 1 hora desde que Roier salió de prisión, o eso calculaba Cellbit.
Estaba sentado enfrente de la mesa de centro de su celda donde había un tablero de un juego de mesa; no estaba prestando mucha atención al juego en realidad.

El castaño hubiera querido decir que estaba poniendo más atención a sus nuevos compañeros de celda, pero en realidad no dejaba de pensar en Roier; estaba tan distraído que se movía lentamente en aquel tablero, y en su turno de tirar los dados tardo bastante y Kameto fue quien terminó tirándolos.

— Me toca a mí.

— Haber estado atento. — Fue lo único que Kameto dijo antes de tirar los dados y dárselos a Maximus; podía notar la pesada mirada de Cellbit en él.

— Quieto, Max. — Cellbit ni siquiera miró a Maximus, solo se mantenía mirando neutro al de bandana azul. — ¿A qué vienes aquí exactamente? ¿A que te partan la cara? — Cellbit miraba a Kameto mover su cabeza ligeramente. — Si sigues así aquí, acabarás durmiendo en enfermería con un gotero.

Kameto soltó una pequeña risa. — ¿Me estás amenazando?

Cellbit se apuntó así mismo y negó con su cabeza. — Para nada. — Tomó un poco de aire y luego suspiro. — Hoy estoy de luto, ha muerto el hermano de un amigo íntimo y... Es para mi una jornada de paz.. Tira los dados, Maximus.

El de lentes suspiró finalmente tirando los dados, tratando de ignorar que parecía que Cellbit o Kameto se iban a tirar el uno al otro para matarse entre sí; un 5 le tocó y cuando movió su figura cayó en la cárcel de aquel tablero.

— Jooder, cárcel en la cárcel. — Maximus se rió de si mismo junto con los otros dos presentes.

Cellbit tomó aquellos dados y tiró de ellos para mover su figura. — ¿Tú porqué estás en la cárcel, Max?. — Preguntó sin realmente despegar sus ojos del tablero.

— Ninguno..

Cellbit miró detenidamente a ambos presentes y luego le lanzó los dados al azabache. — ¿Y tú?.

— ... Transporte 11 kilos para alguien y no me pagó... Lo dejé paralítico. — Tiró los dados y concentro su mirada en el juego; para ser un agente de psicología criminal y estar acostumbrado a lidiar con reclusos peligrosos, estaba sintiéndose bastante tenso bajo la mirada del de mechón blanco, así que cambió el tema dándole los dados a Maximus. — Si pierdes este juego, vas a ir a bañarte. — Maximus rió y negó con su cabeza, pero Kameto lo miró detenidamente. — Es en serio, tu olor molesta a la gente y si les molestas te pueden hacer daño.. Y yo no quiero que te hagan daño, aunque ganes vas a ir a bañarte.

El de lentes miró bastante confundido al de bandana azul, y simplemente tiró los dados nuevamente.

Cellbit sonreía analizando aquello, se preguntó el por qué Kameto tendría interés en proteger a Maximus.
Si Kameto quería deshacerse de estar bajo la mirada de Cellbit, ahora tenía bastante más atención que la de antes.

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Roier miraba a las personas presentes en aquel funeral frente a él, pasaban una por una dándole el pésame a él y a su abuelo; pero todo era ruido blanco para él.
Ni siquiera sabía que decían con exactitud, solo sabía que algunas decían mas palabras que las otras, pero al fin de cuentas solo un "lo siento" por la muerte de Aldo.

Incluso el inspector Philza se había presentado en aquel funeral, tanto para llevar un protocolo de seguridad y para pedirle disculpas a Roier y a su abuelo; Cuando se acercó al castaño, de su parte no hubo ninguna respuesta más que un silencio.

En todo el funeral el de bandana derramó solo 3 lágrimas, cuando pensaba que lloraría a mares; Bimbo se le había acercado a preguntarle si estaba bien, y solo pudo asentir con su cabeza.