Capitulo 8: Choque de Caballería e Infantería

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Los cuernos no dejaban de sonar, un sonido estridente que cortaba el aire como un eco de la batalla que se desataría en los campos. El ataque venía de ambos lados, una embestida coordinada que ponía a prueba la fortaleza y la destreza del ejército. La posición estratégica de las fuerzas de Huldrön era desventajosa, pero no por nada aquel ejército era considerado lo mejor de lo mejor. Sus comandantes, con una reputación forjada en innumerables batallas, eran reconocidos como los mejores en sus respectivos campos, y su reputación de implacabilidad los precedía.

—¡Formación Defensiva! —los gritos de los Caballeros y Superiores resonaban sobre el estruendo de la batalla —¡Rombo anti caballería!

Las tropas, una vez organizadas en una larga columna, se movieron con una precisión casi coreografiada. Formaron rombos que encajaban perfectamente, como piezas de un intrincado rompecabezas militar. Aunque compactos, dejaron entre sí un espacio estratégico lo suficientemente amplio para que dos jinetes pudieran maniobrar hacia su muerte.

Mientras tanto, las sacerdotisas, sacerdotes y otras ramas del ejército habían organizado su propia defensa. Los soldados encargados de proteger las carretas y las armas de asedio se agruparon en formaciones defensivas sólidas. En una perfecta formación schiltron levantaron muros de escudos de tres capas alrededor de la zona estratégica, con picas afiladas que se alzaban amenazadoras. Las alabardas relucían bajo el sol, listas para repeler cualquier intento de infiltración enemiga. Las sacerdotisas y sacerdotes listos para prestar soporte en cualquier momento.

A lo lejos, en el horizonte, se distinguían las tropas de caballería avanzando con una velocidad sorprendente, como si estuvieran decididas a aniquilar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. Su avance imponente y coordinado era una demostración de la destreza y la disciplina militar que caracterizaba a sus jinetes. Desde ambos flancos convergían hacia el campo de batalla, una fuerza enérgica y amenazante que desafiaba a las defensas de Huldrön.

La velocidad y agilidad de los caballos indicaban claramente que se trataba de caballería ligera, una fuerza móvil y rápida, capaz de hostigar al enemigo con ataques relámpago y maniobras audaces.

—¡Arcos listos! —el mandato resonó entre las filas, y una flecha cortó el aire con precisión, anticipando el momento exacto del ataque —¡Preparados...!

El proyectil se clavó en el suelo, marcando el límite máximo al que las flechas podían alcanzar, aún antes de que la caballería cruzara esa línea imaginaria.

—¡Preparar las ballestas! —el comando se propagó entre los soldados, mientras se ajustaban los mecanismos de las poderosas armas de asedio.

—¡Resistan! ¡No den cuartel! —Un Caballero, con voz firme, intentaba infundir coraje en sus hombres —¡Hoy nos ganaremos el derecho de coger con la Santa del Reino Unido, todo el ejército pasará sobre esa maldita elfa!

La caballería enemiga finalmente cruzó la línea imaginaria del límite de las flechas, avanzando con una determinación feroz que resonaba en el campo de batalla. Los gritos de guerra se mezclaban con el estruendo de los cascos golpeando y deformando la tierra, mientras los jinetes cargaban con una ferocidad implacable.

—¡Disparen!

La primera ola de flechas, lanzadas con precisión mortal, se convirtieron en una lluvia que oscurecía el cielo, anticipando el choque inminente. Aunque las primeras volutas de muerte encontraron su objetivo entre las filas enemigas, la caballería continuó su avance inexorable, desafiando la muerte que caía sobre ellos.

—¡Mantengan la formación! —los gritos de los superiores resonaban como un eco de resistencia en medio del caos.

—¡Segunda Carga! —El clamor de la orden se mezclaba con el chirriar de los arcos al tensarse de nuevo, una danza letal ejecutada con precisión por los arqueros, que se preparaban para el próximo asalto —¡Disparen!

Sacerdotisa de la Oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora