Antes de perderte - Duki

3. Primer paso

Faltaban menos de cinco minutos para las 9:00 p.m., y allí me encontraba, sola en el sofá donde anteriormente había compartido momentos con Cami. La habitación estaba envuelta en una suave penumbra, con la luz del televisor como única compañía. Creando un ambiente íntimo y reflexivo.

Con las manos temblorosas, encendí el televisor y accedí a mi cuenta de YouTube. Un nudo se formó en mi estómago mientras escribía el nombre del último sencillo de Duki.

Cada pulsación del teclado parecía resonar en mi mente, sincronizándose con los latidos acelerados de mi corazón. ¿Y si la canción no era para mí? ¿Y si él ya había borrado todos nuestros recuerdos de su vida? Esas preguntas se acumulaban en mi mente, aumentando mi ansiedad y mi miedo a enfrentar la posibilidad de que nuestro vínculo se hubiera desvanecido para siempre.

Traté de controlar mi respiración, inhalando profundamente en un intento de calmar los nervios que amenazaban con apoderarse de mí.

Cuando los resultados de mi búsqueda aparecieron en la pantalla, me topé con la portada del videoclip de "Antes de perderte". Duki estaba allí, pero no era el mismo Duki que recordaba. Sin tatuajes a la vista, vestido con elegancia en un traje impecable, compartía el plano con una chica en un auto descapotable. Ella apoyaba su cabeza en su hombro mientras él conducía, ambos mirando al frente, hacia el horizonte. La portada tenía un filtro en blanco y negro, insinuando una estética de los años 50 que contrastaba con la imagen rebelde que solía asociar con él.

Por un instante, me quedé absorta, contemplando la portada. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había visto una foto suya. Se veía tan distinto, tan lejano al Duki que conocí.

Una lágrima escapó de mi ojo izquierdo, sacándome de mi trance. Rápidamente, la sequé con la mano y hice clic en el vídeo, dejando que la música y las imágenes llenaran el vacío que había en mi interior.

10... 9... 8...
La cuenta atrás ya había empezado.
7... 6... 5...
Me acomodé en el sofá, preparándome para lo que estaba por venir.
4... 3... 2...
Fijé mis ojos en la pantalla de la televisión.
1...

El último número se iluminó, y con un suspiro contenido, me preparé para lo que vendría a continuación.

"Éramo' una banda y ahora soy solista
El camino nos separó, cada uno eligió el suyo
Y tú lo sabe', ma', tú eres mía, yo soy tuyo
Esto no tiene fin, cancela ese viaje
Estás hecha pa' mí
Lo nuestro no se acaba ni después de la muerte
Me bajé del avión, voy corriendo para verte
Tal ve' tú no te fuiste y yo tengo la suerte
De hacer que me perdones antes de perderte
Un día prometimo' que sería pa' siempre
La lealtad es algo que mucho' no lo entienden
Tal ve' tú no te fuiste y yo tengo la suerte
De hacer que me perdones antes de perderte"

Cada palabra de la canción resonaba en mi mente como un eco constante de nuestras memorias compartidas. Intenté contener mis lágrimas mientras escuchaba la melodía, pero no lo pude evitar. Cuando llegó la parte final, las emociones se desbordaron y mis cachetes se empaparon de tantas lágrimas que brotaban de mis ojos.

Al finalizar la canción, una sensación de agotamiento me invadió una vez más. Siempre era así cada vez que recordaba que no teníamos ningún tipo de contacto.