XIV (Pov Bakugo)

139 14 2
                                    

Todo se volvió una locura desde que Deku está hospitalizado, por más que lo intentamos fue imposible encontrar algún familiar de él, no existen sus abuelos maternos, tíos ni primos, todos los Midoriya que pudimos localizar no conocían a ninguno de los dos. La tía Inko no ha dado ninguna señal de vida en todo este tiempo tampoco.
Mi madre se negó a poner una denuncia por presunta desgracia, pero gracias al papá de Todoroki nos pudimos saltar todo tipo de protocolo legal y un grupo de oficiales están buscando a la tía.
Lo peor fue que las visitas de Deku fueron canceladas luego de que habláramos con el doctor y este lo derivará con una psicóloga, llevo cuatro días sin poder verlo.

La ansiedad que comencé a sentir luego de que cancelaran las visitas fue muy evidente, como aún estaba suspendido del instituto pasaba todo el día en casa solo, llamaba cuatro veces cada hora para que me actualizarán el estado de Deku. Llegamos a un punto en el cual mi madre realmente se preocupo y le levantó todo los castigos, me regreso mi celular y libertad para que pudiera salir a la piscina en la cual entrenaba en el verano o hiciera algo en el exterior para distraerme.
Ella también intento quedarse conmigo, pero no le dieron permiso en su trabajo.
Fue bueno poder volver a ponerme en contacto con los chicos, me mandaban cosas para que dejara de pensar en lo que estaba pasando y realmente lo agradecí.
Aunque los recuerdos que guarda mi celular eran un arma de doble filo, los mensajes que quedaron en el chat, las últimas fotos que le tomé sin que se diera cuenta, la foto que le tomé junto a Soul, todo esos momentos que no fueron hace tanto se veían muy lejanos.
A medida que leía nuestras conversaciones me sentí peor, nunca lo trate de una forma muy amable que digamos, los mensajes cada vez se volvían más cortos y secos, para terminar siendo mensajes unilaterales míos pidiendo poder verlo que casi nunca tenían respuesta.

-Mierda Deku, realmente fui un imbécil contigo.

Habían muchas fotos que tomé en su casa, era un lugar seguro para nosotros, lo era para mí, pero ¿lo era para ti? La última vez que entré a tu casa no la pude reconocer, no me gustaría que volvieras ha vivir en ese lugar, pero no puedo hacer nada al respecto.
Le di vuelta un rato a esa idea, hasta que encontré una solución temporal, a pesar de mi evidente odio a este imbécil, puedo confiar y contar con él para cualquier cosa que tenga de por medio a Deku, busque entre los contactos hasta encontrar su maldito número para enviarle un mensaje.

📨: Oye, ¿me quieres ayudar a limpiar la casa de Deku?

La respuesta no tardo en llegar.

📨Rompe Hogares: ¿Cuando?

📨: ¿Tienes tiempo hoy?, nos podríamos juntar ahora frente a su casa si puedes.

📨Rompe Hogares: Me parece
genial, llego en unos 30 minutos.

📨: Ok.

Estar en buenos términos con este gusano nunca fue una opción, pero estos días a sido un real alivio poder compartir mi angustia con alguien más que entienda lo que estoy pasando. Él y el resto de basura que se proclamaron amigos de Deku no son tan malas personas, solo son un poco raros e impulsivos. No son de mi agrado tampoco pero no los odio.

Me puse una chaqueta y mis zapatillas para poder salir de la casa, solo me tomaba unos minutos llegar caminando así que me fui tranquilamente por ese camino que podía recorrer hasta con los ojos cerrados.
Tuve que esperar como veinte minutos hasta que el castaño apareció frente a mí.

-Hola ¿como estas? Katsuki.

-Dime Bakugo, bien, vamos.

Cuenta Regresiva Para Una Ruptura Anunciada (Bakudeku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora