XXVII

85 7 0
                                    

Aún estaba un poco aturdido por la anestesia, pero ya estaba más consciente de todo, recupere un poco más del control de mi cuerpo. La sensación en mi pierna era extraña, no dolía pero era una incomodidad que no sabría bien como explicar.
Rody permaneció acostado junto a mí acariciando mi vientre mientras seguía hablando de cualquier cosa.

-Entonces en ese momento descubrí que definitivamente no tengo dotes para la cocina- Los golpes suaves sobre mi abdomen cada vez eran más lentos- Y luego pasó lo de las tuberías y el departamento se inundó -Se acomodó más sobre mi hombro- Mi departamento se esta cayendo a pedazos.

Su voz también se estaba haciendo más baja y lenta, lo más seguro es que tenía sueño, yo dormí casi toda la tarde por lo que no tenia nada de sueño.

-¿Quieres dormir?- La pregunta salio un poco tosca porque mi voz aun no salía con normalidad.

-¡Oh! Ya puedes hablar, tienes hambre o algo, seré tú enfermero personal.

Él castaño se reincorporó en la cama dejando atrás todo su sueño, sus ojos estaban bien abiertos mirándome con expectación.

-Tengo un poco de sed, ¿me podrías dar un poco de agua?

-Claro, iré a buscar agua fresca espera un poco- De un salto salió de la cama para tomar el vaso que había dejado sobre la mesa de noche e irse con rumbo desconocido.

Regreso en cuestión de segundos con el vaso de agua que traía una pajilla para que pudiera beber de mejor forma. Agradecí el detalle porque aún me costaba un poco moverme y no estaba seguro que tan confiable era el agarre de mis manos en este momento.

-Gracias- Dije luego de beber un poco más de la mitad del vaso- De verdad muchas gracias Rody.

-No es para tanto, solo es agua y es de la llave, no habían botellas de agua.

-¿Por qué eres así? Sabes perfectamente de lo que te estoy hablando no le bajes el perfil. Desde que apareciste en mi vida todo lo que haces es reparar las cosas que estaban rotas, literalmente incluyendo mi pierna.

Dejo de regreso el vaso en la mesa de noche, para volver a acostarse a mi lado, estaba de lado para poder verme, sus mirada era tan dulce y comprensiva en ese momento que me hacía sentir culpable el no poder quererlo más de lo que hago.

-No tienes que dar las gracias, yo me involucre en tu vida por gusto, porque me gustas. Todo lo que hago es porque quiero, no quiero que piense que me debes algo o que tienes que darme algo igual.

Creo que Rody es mucho más observador y perspicaz de lo que demuestra o yo soy un libro abierto que no sabe como guardar nada. Siempre es como si pudiera ver a través de mí, la culpa volvió de nuevo, ¿se dio cuenta que no lo quiero tanto como él lo hace?

-De cualquier forma- dude un segundo como seguir, quería decirle que era un acto que debía ser agradecido y que me gustaría darle algo igual de bueno, pero eso sonaba como un intercambio de favores- Siempre voy a estar agradecido por esto, regresaste a mi la esperanza de poder volver a hacer lo que me gusta.

-Bueno entonces creo que mi regalo por nuestra primer mes debe ser recompensado, aunque no podemos hacer nada muy físico, las indicaciones fueron reposó absolutamente por mínimo doce ahoras -Con toda la fuerza  que pude ejercer, me gire para poder verlo también a la cara- Yo creo que unos cien besos estarían bien.

Como respuesta cerré la distancia entre ambos dejándolo un pico el los labios, el mensaje fue bien recibido y no fue necesario seguir hablando, cuanto tiempo o cuantos besos iban no tenía ni la menor idea, solo tenia claro que mis labios estaban hinchados y un poco adormecidos, mientras más tiempo pasaba, cuentas respiraciones cada vez eran más audibles y erráticas, uno de los dos tenía que estar respirando, pero no estaba seguro quién ella yo estaba entrando en mi segunda anestesia.
La maratón de besos fue ambientada con el sonido de mi celular de fondo, un ruido insoportable ahora que lo pienso debería cambiarlo. No tenía la menor idea dónde estaba el aparato, pero podía escucharlo cerca. Él castaño se alejo para buscar el bendito aparato, cuando lo encontró lo miró enojado.

Cuenta Regresiva Para Una Ruptura Anunciada (Bakudeku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora