XXIV

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El día en el que tenía que dar mi exámen llegó, estaba nervioso, porque pensé que todos estarían más preocupados por mi saliendo por tanto tiempo y tan lejos. Pero no todo el mundo estaba muy tranquilo, tanto que nisiquiera tuve que usar el discurso que había ensayado para pedir permiso de llegar más tarde.
La tía estaba impaciente esperando que me fuera, aunque lo intento disimular no le resultó para nada. Miraba el reloj cada dos segundos y luego la puerta.

-Tía, tengo que ir a comprar unas cosas entonces, quizás...-No pude terminar de hablar ya que ella me interrumpió.

-Sí, no te preocupes tomate todo el tiempo que quieras en volver, estás perdiendo el color por salir tan poco.

Al escuchar el sonido del timbre, se puso de pie dándome una mirada con una orden clara, "vete ahora mismo". El tío sólo me despidió con la mano y siguió en lo suyo. Katsuki ya no estaba en la casa por lo que simplemente me fui hasta la puerta de entrada con mi mochila en el hombro.

Al abrir la puerta me encontré con la sonrisa de Keigo quien estaba apoyado en la pared de la casa.

-Hola, mucho tiempo sin verte.

-Hola, gracias por venir.

No me respondió solo dio la media vuelta y camino hasta el auto negro que estaba estacionado frente a la casa. Me subí en el asiento trasero ya que no existía tanta confianza como para irme adelante con él. Gran fue mi sorpresa al abrir la puerta y encontrar a Toya con sus brazos extendidos.

-Ven aquí, por poco y olvido tú cara.

-¿Que haces aquí?- Me subí al auto un poco dubitativo, si Toya estaba en el vehículo, realmente iría a dar la prueba. Tan pronto subí, sus brazos rodearon mi cuerpo. La mirada por el espejo retrovisor que me dio Keigo me heló un poco la sangre.

-Te vine a ver claro esta, hace tanto tiempo que no te veía que mis niveles de seratonina estaban muy bajos. Nadie puede hacerme reír tanto como tú Izuku. Mi pequeño sol.

Mi escalofrío se hizo aún más persistente cuando Keigo hizo andar el vehículo de forma violenta, gracias a que aun estaba entre los brazos de Toya pude salvarme de quedar incrustado en el parabrisas.

-Ya sácale las manos de encima, prometiste que solo vendrías a saludar, si hay una mayor interacción física entre ustedes, no te aseguro un viaje seguro- No estaba muy claro a cual de los dos le hablaba, pero la amenaza era muy real, luego de pasar dos semáforos en rojo lo supe.

Toya se alejo de mí sonriendo como siempre, no sabía de qué hablarle ya que no había mucho que contar, pero por la forma en que me miraba con esos ojos tan brillantes y curiosos supe que no sería un viaje para nada tranquilo.

-Quiero saber todos los detalles del noviazgo- Dijo tan pronto noto que yo no sería el primero en entablar la conversación- Sólo he podido escuchar un par de cosas muy insípidas al respecto.

-No creo que sea muy distinto a lo que ya escuchaste, le pedí a Rody que fuera mi novio y ya, fin de la historia.

-Uhumm es incluso menos de lo que ya había escuchado, vamos quiero detalles, que tan románticos y melosos son ahora que están juntos por fin, antes derramaban miel de sus ojos cuando se miraban.

-Seguimos igual supongo, no es como si muchas cosas cambiaran la verdad- Siento que desde que somos novios una muralla invisible está entre nosotros, creo que ambos estamos intentando acercarnos pero nos cuesta más de lo que imaginamos.

Supongo que gran parte es mi culpa, a pesar de que le pedí que fuera mi novio para no pensar en Katsuki, sigo siendo atraído al rubio, su olor su presencia, sus preferencias están muy marcadas en su habitación al dormir y estar la mayor parte de mi día ella es imposible que todos mis pensamientos vayan en su dirección y en como cada día intenta compensar sus anteriores fallas.

Cuenta Regresiva Para Una Ruptura Anunciada (Bakudeku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora