06

215 28 2
                                    


𓆩♡𓆪

Lo único que podía sentir en ese instante, era miedo. Yujin mantuvo la mirada baja, tomando bocanadas de aire, nervioso, ansioso. Esperando las palabras de su padre ante el relato de su hermano mayor. Espero un regaño... Mínimo esas típicas miradas serías de su progenitor. Pero no, nada.

Yun-sik estaba sentado en uno de sus preciosos sofás, tomando sorbo a sorbo un delicioso té, mirando de vez en cuando al castañito que parecía tener un ataque. Carraspeó y pregunto.

— ¿Cómo se llama? — Yujin miro confuso a su padre — el muchacho hijo. Su nombre.

— Park Gunwook — de solo nombrarlo, sus pupilas se habían dilatado.

— ¿Apellido Park? — el señor Han se sorprendió, recordando — ¿El alfa y su grupo que te defendió hace unos días?

Yujin asintió, un poco perturbado que su padre estuviera lejos de regañarlo. Se podía sentir el aura cómodo del mayor, ni una pizca de malhumorado. Tranquilo, así estaba.
Queriendo preguntar algo sobre su comportamiento. El timbre sonó, y Yujin se vio obligado de ir atender.

— Buenas tardes, ¿Qué le- ¿Gunwook? — se detuvo en seco, parpadeando si era real lo que veia delante de él. ¡Tenía al tonto alfa en su casa!

Gunwook mostró su sonrisa, dando un pequeño toque en la barbilla ajena y riéndose al gruñido del bajito.

— Traje tu mochila, bonito. No quería que tuvieras problemas con tu padre — extendió lo mencionado, dejandolo en manitos del Omega.

Yujin hizo una mueca ante el apodo, él ya era demasiado bonito, no hacía falta recordarlo... Pero tal vez, le gustaba un poquito que el futbolista se lo dijera.

— Gracias, supongo....

— ¿Tu padre...? — quiso preguntar, guardo silencio al visualizar una silueta atrás del Omega castañito. Yujin acertó, seguramente era el señor Han.

El Alfa mayor era muy idéntico a su hijo, fue lo que cruzó por su mente. Era alto, tenía una delicada piel como Yujin, ojos redondos y esas facciones aniñadas, pelinegro y fornido. Sintió ese aura dominante, el aroma lo hizo casi fruncir el ceño. El adulto mostraba sobre-protección con el Omega, lo comprendió.

— ¿Eres Park Gunwook, no es así? — dudoso, pregunto el mayor. Viendo al joven Alfa en las puertas de su casa.

— Un gusto conocerlo, señor Han — estrechó sus manos, dando un apretón de por medio. Lanzo una miradita al castañito, Yujin mantenía su mirada en el suelo y Gunwook pudo notar ese carmesí en la delicada piel — me tomé el tiempo de traer la mochila que su hijo olvidó. Espero... no piense mal de mi.

— Lo dudo — dijo el sonriendo — te lo agradezco muchacho. Conozco a tu padre. Park Jung-hyun es un viejo amigo mío.

— Oh... — la sorpresa fue evidente en el Alfa menor. Yujin, quien guardaba silencio por le momento, supuso que no vendría nada bueno a la divertida sonrisa del pelinegro. Había un destello de travesura en aquellos ojos — puede venir a nuestra casa cuando guste. Estoy seguro que mi padre querrá verlo.

— Tienes razón. Tal vez lleve a mis cachorritos-

— ¡No! — grito el Omega, sobresaltando a ambos Alfas. Yujin se oculto tras la espalda de su padre, abrazándolo, ruborizado y completamente avergonzado — papá, no creo que quieres que vaya...

— ¿Por qué no? — intento mirarlo, pero su hijo se ocultaba más. Suspiro, tratando de que uno de sus bebés no hiciera un berrinche — a Jung-hyun le encantará conocer a mis cachorros hermosos.

— Papá — puchereó.

— Irás y punto — ordenó — además... — se dirigió al pelinegro, quien estaba con la mirada puesta en su bebé. Alzó una ceja, carraspeó, llamando la atención inmediatamente de este — Gunwook cuidara de ti, ¿No es así muchacho?

— No hace falta que lo repita, Señor — Yujin lentamente miro al Alfa Park sobre el hombro de su padre. Recibiendo un guiño del contrario, volvió a ocultarse. Gunwook aguanto la pequeña risa, y mando tal vez una indirecta, un tanto directa — si lo permitiera... Soy capaz de esperar que Yujin me acepte a su lado, para cuidarlo.

Yun-sik sintió a su hijo volverse una bolita tímida detrás, negó riéndose. Aunque fuese un adulto, entendió esa ‘gran indirecta’ del chico y con solo verlo, le dió una afirmación de cierto futuro... Un hermoso futuro. Mientras, Yujin prefirió hacerse el tonto y tener un debate con su Omega, su tonto Omega haciéndose ilusiones con ideas erróneas que rondaban por su mente a tales palabras. Quizá, Gunwook solo respondía por obligación de su padre. Nada más.

— Los dejo — informo el adulto — tengo que volver al trabajo — Yun-sik camino rumbo a las escaleras, dejando a su cachorro con el joven — puedes pasar si gustas jovencito, eres bienvenido — mando quizás una indirecta. Gunwook se rió ante la confusión de Yujin.

Al momento que la puerta de la segunda planta fue escuchada. Un enfurecido Yujin miro al Alfa, oh... Ya era demasiado que viniera a su casa.

— ¿Qué planeas hacer? ¡No caeré en tu tonto juego! — Gunwook se extraño.

— ¿Juego?

— Vete de mi casa.

— Si tu padre dijo.

— Está también es mi casa. Y mis órdenes tienen que ser cumplidas.

— ¿Así tratas a tus invitados? Que descortés — mofo Gunwook. Deslizo una diestra por sus cabellos, indignado. Se giró dispuesto a irse.

Pero... Yujin no espero que, al momento de cerrar las puertas, estás fueron detenidas por unos brazos. Alzó la mirada, chocando con esos azulados ojos destellando nada inocente. Intento abrir la boca para regañarlo, no salió nada... Y ni pudo protestar al ser callado por los labios de Park, quien mantuvo un corto momento envuelto sus brazos al rededor de esa cintura, atrayendo al castañito a su cuerpo y seguir besándolo con lentitud, suaves movimientos en aquellos temblorosos labiecitos de fresa.
Yujin temblaba bajo su toqué.

El popular Alfa capitán, para todos quien decían lo difícil que era de conquistar, le estaba robando un beso. Yujin estaba congelado. Sus ojitos bien abiertos y en shock. Sus mejillas ardían y ni hablar de su piel rojiza, apretó su mochila a su pecho por inercia. Viendo los orbes cerrados del pelinegro al tenerlo en brazos, besándolo tan tranquilo, tan relajado... Tan hechizado por él.

Gunwook poco a poco se apartó unos centímetros, suspirando con una sonrisa al ver el manojo de nervios que era el menor. Dió un ‘piquito’ en esos labios y apretando esa cintura antes de.... Correr lejos de allí. Escuchando segundos después los insultos del castañito. Rozó sus labios con sus dedos, riéndose.

Había besado al rellenito Han.

— Serás mío, Yujin.

𓆩♡𓆪

.

.

.

Hola!! Disculpen la actualización tardía, trataré de actualizar más seguido está historia ༎ຶ⁠‿⁠༎ຶ

No soy Gordito [Gunjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora