💕Capítulo 6: No quiero perderte.💕

720 43 0
                                    

El día de todos los Santos, por la noche, estaban todos reunidos en el Gran Comedor, celebrando con un gran banquete, Eileen estaba en la mesa de profesores junto a su padre, comían, cuando entró el profesor Quirrel corriendo y asustado.

Quirrel: ¡Trol en las mazmorras! ¡Hay un trol en las mazmorras! Ya lo he dicho. - y se desmayó, todos los alumnos se pusieron a gritar, a levantarse y correr, se asustaron, Eileen también se asustó, pero se quedó tranquila junto a su padre, Dumbledore se levantó.

Albus: ¡Silencio! - todos se quedaron parados - No dejéis que el pánico os domine. Ahora, los prefectos conducirán a los miembros de su Casa a los dormitorios, los de Slytherin se quedarán aquí, - (la sala común de Slytherin estaba en las mazmorras) - los profesores me acompañarán a las mazmorras. - todos se pusieron junto a sus prefectos para salir (excepto Slytherin que se quedarían allí).

Severus: Eileen, cariño, ve con Draco, luego vendré por ti.

Eileen: Vale. - Eileen fue con Draco y con los Slytherin, pero se quedó preocupada por su padre, mientras él había salido por la puerta de atrás, que está detrás de la mesa de los profesores para ir al tercer piso y detener a Quirrel.
Quirrel había soltado el trol para distraer a todos y él pudiera ir al tercer piso para robar la piedra filosofal, había finjido desmayarse y aprovechó el momento en que todos estaban tan agitados para levantarse y escabullirse saliendo del Gran Comedor, nadie se dió cuenta, excepto Severus, los demás profesores se fueron a las mazmorras, Quirrel no pudo robar la piedra, en cuanto entró en la sala del tercer piso, se encontró al perro de tres cabezas, Fluffy, que custodiaba la trampilla que llevaba hasta la piedra, en eso llegó Severus, Quirrel empujó a Severus ante el perro, mientras él salía, el perro mordió a Severus en la pierna rompiendo su pantalón en esa parte provocándole una gran herida de la que brotó sangre, Severus con dificultad se levantó rápido y cojeando, salió de allí, cerró la puerta y se detuvo un momento, le había dolido mucho, jadeaba de dolor, pero a los pocos minutos tenía otra vez su máscara de dureza y frialdad de siempre, como si no hubiera pasado algo, siempre fuerte, como de piedra, siguió caminando, pero cojeando.

Cuando se hubo solucionado el problema del trol, Severus fue a avisar a los alumnos de su Casa que podían ir a su sala común y recogió a su hija, los dos fueron cogidos de la mano a su despacho.

Eileen: Papí, ¿Qué pasó con él trol?

Severus: Al parecer, Potter y Weasley detuvieron al trol, - dijo con desagrado - ya Dumbledore lo ha enviado al lugar donde pertenece.

Eileen se dió cuenta que su padre cojeaba, entraron en el despacho.

Eileen: Papí, ¿qué te ha pasado? - dijo levantando la capa de su padre que le cubría la pierna, al ver la herida que sangraba en la pierna de su padre, - ¡¿Qué te ha pasado?! - dijo preocupada.

Severus: Tranquila, pequeña, no es nada. Quirrel trató de robar la piedra filosofal, él liberó al trol para distraer a todos, mientras subía al tercer piso, fuí a detenerlo, él me empujó y ese perro que hay dentro de la sala me mordió, pero no te preocupes, estoy bien.

Eileen: ¿Te duele?

Severus: Un poco.

Eileen: ¿Por qué Quirrel está haciendo eso?

Severus: Creo que es seguidor del Señor Tenebroso y parece que quiere la piedra para devolverle la vida, tengo que vigilarlo e impedir que lo haga.

Eileen: ¡No! No quiero que lo hagas, no quiero que te pase algo. - Severus se conmovía de que su hija lo amara y se preocupara tanto por él como nunca nadie lo había hecho ni hacía, ella era la única que lo hacía, (Lucius, Dumbledore se preocupaban por él, pero no como ella) y también que lo necesitara como nadie lo había hecho ni hacía.

Severus: Tengo que hacerlo, no te preocupes, voy a estar bien.

Eileen: No, no lo estarás, - dijo comenzando a llorar - te voy a perder y yo no quiero perderte. - Severus se sentó en una silla.

Severus: Ven, pequeña. - dijo cogiéndola del brazo, la sentó en su regazo, la abrazó, ella llorando lo abrazó a él. - Voy a tener cuidado. No me vas a perder, pequeña, te lo prometo, siempre voy a estar contigo. - estuvieron abrazados un momento.

Eileen: ¿Qué pasará si él vuelve?

Severus: Entonces, lo enfrentaremos juntos, porque somos Snape, somos valientes y no nos rendimos jamás. - se sonrieron y se volvieron a abrazar.

Eileen: Te amo, papí.

Severus: Y yo a ti, pequeña. Vamos a dormir. - mientras Eileen se cambiaba, Severus se limpió la herida y se curó con hechizos, después, se recostó en la cama junto a su hija, él le contó un cuento de un libro y se durmieron.

Al día siguiente, Flich ayudó a Severus a curarse, le puso unas vendas en la pierna.

Eileen SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora