Una hermosa actriz es obligada por su padre a comprometerse con el chico que más odia en este mundo, en una noche de tragos se ve envuelta en un error.
Nadie puede saber esto...
¿Será que Adara podrá guardar el secreto por mucho tiempo?
Aquí comien...
Estaba recién despertada, me levanté, me dirigí a la puerta y con cuidado la abrí para asomarme y revisar que Apolo no esté por el pasillo, salí de la habitación y rápidamente me dirigí al baño, cerré la puerta con seguro y me di un baño, al salir regresé de la misma manera a mi habitación, me arreglé y puse un poco de maquillaje en las marcas en mi cuerpo, con eso hecho salí de la habitación y bajar las escaleras dispuesta a ir a la cocina, es hay donde lo encontré desayunando.
-Buenos días querida, ¿no desayunaras? -preguntó viéndome con una sonrisa mientras se acercaba lentamente a mí como si el día de ayer no hubiese pasado absolutamente nada
-No, tengo que ir a una reunión a la oficina, desayunaré en el camino -respondí sin mirarlo a punto de retirarme hasta que su mano sujetó mi brazo
-No quiero que le digas a nadie sobre lo que pasó ayer, no querrás que tu amorío que tuviste con el doctorcito cuando aún eras menor de edad salga a la luz -comentó acercándose a mi oído
Sentí un escalofrío, fue él quien me envió esas fotos cuando estuve con Víctor, solo pude asentir, no podía arriesgarme a que exponga algo como eso, al instante se alejó y soltó mi brazo para que me pueda ir, salí de la casa y subí a mi auto dispuesta a ir a la oficina, no me importó el hecho de no haber desayunado, todo iba bien hasta que mi teléfono sonó, lo revisé notando que era un mensaje de mi hermano preguntando si estaba libre para salir esa tarde, podría hacer un pequeño espacio en mi agenda solo para salir con él, rápidamente respondí que sí, unos minutos después ya me encontraba en la empresa, subí hasta la sala de juntas donde ya se encontraban todos reunidos.
La reunión pasó rápidamente, se llegaron a tratar temas del manejo de la empresa entre otras cosas, revisé mi teléfono notando que Elián había mandado la dirección de donde nos encontraríamos, noté que ya había llegado la hora, así que subí a mi auto y partí a la dirección que había mandado, al llegar noté que era una cafetería que me parecía algo familiar, entré y noté que era la misma cafetería a la que una vez había asistido con Víctor, uno de los meseros se me acercó y me mostró uno de los cubículos en donde ya se encontraba mi hermano.
-Bienvenida hermanita, siéntate -saludó Elián
-Gracias, ¿qué pasó?, no creo que me cites a tomar un café fuera de tu casa solo porque me extrañas -respondí con una sonrisa mientras apoyaba mis codos en la mesa
-En algo tienes razón -respondió mientras sonreía
Llamamos al mesero y pedimos un par de cafés para pasar el rato, mientras esperábamos comenzamos a hablar.
-La verdad es que necesitaba desahogarme con alguien -comentó
- ¿Pasó algo? -pregunté curiosa
-Paris me vuelve loco, todas las putas noches me busca en mi habitación -respondió mientras sujetaba su cabeza y llegaba nuestro pedido
-Espera, ¿No duermen juntos? -cuestioné ladeando un poco la cabeza mientras sujetaba mi taza
-No, desde que empezó el matrimonio no hemos dormido ni una sola vez, pero siempre busca la manera de entrar a mi habitación solo para que tengamos sexo -respondió
- ¿Has intentado cerrar la puerta? -pregunté mientras bebía un sorbo de la taza, aunque mi hermano parezca la persona más razonable a veces puede no ver la solución más fácil a un problema
-Lo hice, pero un día olvidé las llaves y ella sacó un duplicado y ahora no puedo ni siquiera cerrar la puerta porque ella la abre -respondió un poco irritado por la situación
-No tengo idea de como ayudarte -respondí con sinceridad
-Bueno, no busco que me ayudes, solo quería desahogarme -respondió con una sonrisa tranquila- Pero cuéntame, ¿Cómo vas con el amor de tu vida? -preguntó bromeando
-... Muy bien, es... bueno conmigo -respondí con la mejor sonrisa que pude poner
- ¿Estás segura? -cuestionó
-Obvio, me siento bien, es más, ahora ya pude centrarme, que hermosa es la vida de casada, pero mira la hora, tengo que regresar a casa, tengo unos papeles que ordenar, me retiro, nos vemos después -respondí para luego tomar mis cosas, justo cuando estaba a punto de salir Elián me tomó de la muñeca a lo que me quejé
- ¿Estás bien? -cuestionó al notar como me quejé
-Si, solo que...ayer me golpee en la ducha y ahora me duele -respondí poniendo una buena excusa
-Bueno, ten, ve a casa cuando quieras, visita a tu abandonado hermano de vez en cuando -comentó mientras me daba una copia de la llave de su casa
-Gracias -respondí con una sonrisa mientras aceptaba la llave y la guardaba en mi bolso, acto seguido me retiré del lugar y subí a mi auto para luego conducir de regreso a casa
Al llegar entré notando que Apolo estaba sentado en uno de los sillones de la sala mientras veía la televisión, al verme se levantó para tomar una bolsa de la mesita de centro.
-Toma esa pastilla, no quiero un bastardo de mierda corriendo y llorando por toda la casa, y más te vale que me hagas caso, de lo contrario, lo que pasó ayer va a ser lo menos que te pase -amenazó arrojándome la bolsa a las manos para luego volver a sentarse
Abrí la bolsa notando que era una caja de pastillas anticonceptivas, me retiré a la cocina y saqué la caja para luego abrirla, retirar una pastilla, tomar un vaso con agua y beberlo junto con la pastilla, dejé el resto en la bolsa y las llevé a mi habitación, cerré la puerta con seguro por seguridad, no quería que volviera a pasar lo mismo que el día anterior.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Muchas gracias por leer, nos vemos en los próximos capítulo de...
Luces, Cámara, SEXO
No olviden votar, y si tienen algún comentarios pueden hacerlo, hasta aquí los saluda Sumflower...