Cap. 13

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(Me quite las uñas acrílicas para escribirles capitulos a ustedes muchaches)

XOXO

Barbara.

Abrazo mis piernas, mientras observó la puerta de la habitación de Christopher en el comando, es más grande que la mía, y la cama es más cómoda, Mandé a los niños a rusia, y fingi que iba con ellos, pero no, el único que sabe que no fui es Leonel. fue al único que le dejé un mensaje, luego de escabullirme en el ejercito inglés.

El comando está echo un culo, no saben de mi paradero, me saque el chip de rastreó, y solo me sigo abrazando con fuerza, me clavó las uñas en los muslos, sopesando en que el vendrá por mí, y no quiero que lo haga.

La puerta de la habitación se abre, mostrandome a Christopher el cual entra y no me mira, se va directo al armario sacando no se que, y yo solo lo miro desde mi lugar, no se ha dado cuenta de mi presencia, voltea a la cama y se queda quieto cuando me ve.

Tiemblo bajo su mirada, las manos me pican y el cuerpo se me enfría ansiando su calor, y sentirme segura.

Se acerca a mí quitándome las manos de los muslos y observa las marcas de mis uñas en ellas y como la sangre comienza a brotar.

—No quiero que venga por mí —hablo con la mirada en el pisó.

—¿Porque crees que te dejaré irte con el? —frunce el ceño, y me toma del mentón lastimandome—. Tú mía, orita, mañana y siempre, ¿Entendiste?

—Si... Chris

—Levantate —ordena, y hago caso, levantándome rápido de la cama—. Esto es para tí, más te vale tenerlo síempre, porque el día que no lo vea en tu cuello quemaré el mundo y lo pondré a mis píes.

Saca de su bolsillo una caja de terciopelo roja. La abre y quedó anonada con la joya que saca de ella, Un collar de diamantes blancos, que tiene un dije en forma de gota... es un... Diamante rosado, mejor conocido como Pink Star.

—¿Es real? —articulo.

—¿Porque crees que le daría algo falso a mí mujer? —me rodea dejando un beso en mi cuello, aparte de cabello y desliza en collar sobre mi cuello, lo abrocha y me volteo a mirarlo.

—Yo no te compré nada —me muerdo el interior de la mejilla, y apoya su frente en la mía.

—No necesito nada —se separa—. Anda a arreglarte nos vamos a Italia a un operativo de emergencia.

—¿Te volviste loco? Me estás llevando a la boca del lobo.

—Vas conmigo. Y punto.

Ruedo los ojos, separandome de él me voy a la puerta y me paro firmé.

—Permiso para retirarme, Ministró.

—Concedido, Capitana —hago un saludo militar y salgo de su habitación.

Me tomo los pasillos y salgo al patio de entrenamiento, siento una presión en el abdomen, y un mareo repentino, veo a Valeska a lo lejos tratando de alcanzarme pero caigo al piso mientras todo se vuelve negro.

...
dos horas después

Christopher Morgan.

La misma pesadilla me despierta, sudo y las manos me tiemblan, suspiró parándome de la cama, ni dormir quince minutos en paz puedo.

Agarro mi celular y me coloco la chaqueta de cuero encima, cuando voy a llamar a Alex tocan la puerta.

—Si vienen a joder mejor devuélvanse antes de que les meta un tiro en el culo—respondo.

No hablan y abren la puerta haciéndome voltiar ceñudo, pero la pulga que entra me mira inocente.

—¿Que hiciste?—hablo.

Arruga el ceño, y sonríe arreglandose el cabello negro, tiene bolsas bajo los ojos, y el brillo de su sonrisa no llega a sus ojos.

—¿Porque crees que hice algo?—hace un mueca, mientras juguetea con el diamante rosado.

—Algo hiciste, te van a regañar y viniste a qué yo te defienda—se voltea al espejo, quitándose la chaqueta que tiene.

—Tal vez—se rasca la nariz.

—Habla, bonita, no tengo tiempo para juegos.

—¿Y para follarme tienes?

—Siempre—sonrio.

—No me apetece. te vengo a decir que Gauna me quiere sancionar porque me desmaye en el patio y el estaba entrenando.

—¿Comiste?—la tomo del cuello estampando la contra el espejo.

—Si, pero no mucho, me dio asco.

Bajo a sus labios apretando su garganta un poco, pasa su lengua por mis labios, y bajo una mano apretando su cadera, y con la otra du garganta.

Atacó sus labios con un beso cargado de deseo, desabrochó la pretina de su pantalón metiendo la mano, masajeo su punto sensible, acallando sus gemidos con besos.

—Quiero alimentarte—murmura entre el beso.

—Sera un placer—me arrodillo bajandole el pantalón militar.

Jugueteo con mi lengua, trata de acallar sus gemidos, y sigo con mi trabajo mientras que con una mano masajeó, reposa la cabeza contra el espejo, y sonríe mordiéndose en el labio, se contrae soltando el chorro que me llena la boca, y me empapa la mandíbula y cae sobre mi camisa negra «Un squirt».

—No vayas a presumir—habla mientras me limpio la comisura de los labios con la lengua.

La noto agitada, y con la respiración pesada, la veo más bonita, tiene un brillo en sus ojos que no había visto, me enfocó en sus ojos cafés, «Son tan inocentes».

—Soy el mejor—me acomodó la erección.

Busca toallas y se limpia, se sube los pantalones y me da un beso en la comisura de la boca, no me quedo con con las ganas y atacó sus labios, invadiendo su boca con mi lengua.

—Mia, hoy, mañana y siempre, el día que no te tenga pondré a arder el maldito mundo con tal de que estés a mi lado.

—Lo se, Chris, lo sé—recuesta su cabeza contra mi pecho.

El olor a fresa de su cabello llega a amis fosas nasales, su cuerpo desprende un olor dulce a vainilla, abrazo su cintura, su cuerpo pequeño y delgado, me gusta, pero se que no se alimemta bien.

—Vamos a comer—hablo tomándola de la mano guiándola fuera de la habitación.

—Quiero algo dulce—se saborea los labios, engordandome la polla.

Asiento cuando pisamos el patio, que da a la cafetería, se separa de mi apenas entramos y se va a a pedir no se que, subo al segundo piso, y me siento a esperarla, se encamina a una mesa llena de soldados y hace que sos se levanten y la sigan, se devuelve a la barra, trae... trae más de cinco platos que le da a los soldados, los obliga a subir y que le dejen la comida en la mesa donde estoy.

—Eso es abuso de poder—me burló.

—Callate porque te mando a buscar más comida, pendejo.

Veo como se atraganta dos hamburguesas, tres vasos de gaseosa, un plato de nuggets de pollo, otro de papas fritas, y una lasagna.

Niego cuando me ofrece la hamburguesa.

—Pareces verdulera.

—Entonces soy la verdulera mas rica del mundo—habla con la boca llena.

Y yo solo pienso, «¿En donde me vine a meter yo?»

Atrapada en un mundo alterno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora