Capitulo 20

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Barbara.

—Vamos, Principessa, el reloj está corriendo y me estoy cansando de tu jueguito, es el o yo—acaricia mi mejilla.

Lo aparto de un manotazo sentándome en el escritorio, suspiró mirando sus ojos negros, acaricio mi collar.

—Estoy aquí para hablar de Damon, no de nosotros, Antoni.

Miro mis uñas y volteó a la puerta que se abre mostrándome al pequeño castaño, sonríe y su mirada se ilumina cuando me mira, me levantó y voy a su encuentro abrazándolo.

—¿Como te va, mi amor?—acomodo su trajecito.

—¡Bien! aprendiendo de papá, estoy algo emocionado ya que el otro día logré hacer algo nuevo, un remedio—escucho atenta y le sonrió.

—Me alegro de eso, ¿y los estudios?—beso su frente.

—«Van perfectos, aprendí tú idioma natal»—habla español, perfecto.

—Ay, mi bebé está grandeeee—lo abrazo fuerte ya que no tengo idea de cuando volveré a verlo.

—Si, ¿cuanto te quedas?—hago una mueca.

—Ya me tengo que ir, pero te prometo algún día que iremos de viaje y te consentiré mucho, mucho—le lleno la cara de besos y lo veo irse.

Adios, principessa—se acerca a mí tratando de besarme, y lo aparto con una bofetada.

—No, Antoni, no—lo miro antes de salir del lugar.

—¡Barbara!—la voz de Valeska me saca del transe.

—¿Si?—volteo a mirarla.

—Nos están siguiendo—miro hacia atrás y le hablo al intercomunicador—, piérdete por la derecha yo por la izquierda. Nos vemos en la pista—corto la comunicación.

Aceleró el auto entrando en la siguiente calle a mano izquierda piso el acelerador deslizándome por las calles a toda velocidad, el celular me vibra y el nombre que aparece en la pantalla me coloca a tragar saliva.

Tengo más de doscientas llamadas perdidas de él, tomo el celular y lo lanzo al asiento trasero aun con la vista fija en las calles, media hora después aparco el auto en la pista clandestina que tiene la mafia rusa aquí.

Bajo del auto y Valeska me está esperando en la entrada del jet, meto la mitad de mi cuerpo en el auto sacando mi celular y mi bolsa, me meto en el jet junto a valeska, me siento en una de las mesas, abro mi laptop y la información que leo mando se me refleja. Abro la comunicación con el y lo saludo avisándole que voy saliendo para allá.

—Me tienes que proteger del loco novio tuyo—habla leo y sonrió.

—Claro, cuando salga de unos asuntos unos andan detrás de mí para matarme—sigo tecleando entrando a la red de la FEMF. Los busco y los encuentro—, ¿Alguien sabe porque la yakuza me quiere matar?—ruedo los ojos—. Me estoy cansando, me voy a enojar y no les va a gustar cuando los vuelva mierda a todos.

—¿Que quieren?—habla Valeska atenta a todo.

—¡Mierda! si lo supiera no estária averiguando—respiro—, perdón, amor es que estoy estresada.

—Calmate, maldita loca—se queja Leo—, buscaré todo lo que pueda.

—Cuando lleguemos te ayudo, leito—habla Valeska mirandome—, llegamos en dos horas.

—Permiso para cerrar comunicación, capitana—habla leo.

Ruedo los ojos, nunca me pide permiso, es más se pasa mi puesto por las bolas.

Atrapada en un mundo alterno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora