Capítulo. 18

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Leo.

—Emma, ¿Sabes para dónde se fue Bárbara y Valeska?—pregunto.

Hace media hora que Emma llegó sola a la fortaleza Romanov, Bárbara y Valeska andaban con ella.

—No.

—¿"No" qué?—inquiere Christopher.

—No lo sé.

Intento hablar, pero el que Christopher estrella las manos en la pared me hace desistir de la idea.

—¡Nunca sabes una puta mierda! ¡Nunca sirves para nada!—le grita el Ministro, preso de la ira, Emma ni se inmuta.

—¿Terminaste? Porque si es así, desde ya te digo que tengo mejores cosas qué hacer.

Christopher resopla furioso, y se da la vuelta yéndose, miro a Emma y esta me guiña un ojo, se despide y se larga.

Me paso las manos por el cabello, frustrado, el que Bárbara y Valeska se dirijan a la boca del lobo tampoco me ayuda. Me dirijo a la habitación que me asignaron aquí, y en el camino, le digo a una esclava que me traiga una botella de Vodka.

Necesito tomar algo fuerte, entro a la habitación y aprovecho para echarme un baño. Después de que salgo del baño me pongo con lo primero que veo; botas, vaqueros ceñidos, camisa negra y chaqueta de cuero.

Tocan a la puerta e indico a que entren, es la esclava que trae consigo la botella que le pedí y una copa. La deja en la mesita de noche y se larga.

Agarro la botella y me tomo el primer trago, el líquido me quema la garganta pero con esto es más que suficiente, sigo tomando como si mi vida dependiera de ello, ya cuando estoy por terminar entran a la habitación sin tocar la puerta. El Boss me mira de arriba a abajo y yo hago lo mismo.

—Báñate y te espero en mi oficina—exige.

—¿Para...?

—Haz lo que te digo, te doy 20 minutos, ni más ni menos.

Y con eso se va, dejándome desconcertado, hago lo que él dice ya que al Boss no se le desobedece.

Duro unos minutos más bajo el agua y salgo poniéndome algo más simple; unas zapatillas, vaqueros y camisa. Me dirijo a su oficina, la puerta está abierta así que no veo la necesidad de tocar.

—¿Para qué soy bueno, Boss?—pregunto en la entrada de la puerta.

—Pasa y cierra la puerta.

Hago lo que ordena y me siento en la silla que esta frente a él.

—Tengo entendido que eres el mejor amigo de Bárbara ¿No?—pregunta.

—Así es.

—Entonces sabes lo que está planeando ¿No?

—Sí, y no estoy de acuerdo con eso.

—Yo tampoco, pero que se le puede hacer a la loca esa.

—No lo sé, ¿Dormirla tal vez?

—Para esto no te llamé, te llamé porque necesito que entretengas a Christopher.

—¿Y cómo se supone qué haga eso? Hablas de él como si no lo conocieras, tú más que nadie sabe que cuando se le mete algo en la cabeza es difícil sacárselo. Y cómo si fuera poco, ese no me va hacer caso,  no le hace caso ni al padre.

—¿Terminaste?

—Eso creo.

Intenta hablar pero la puerta vuelve abrirse dándole paso a Emma James.

Atrapada en un mundo alterno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora