Avatar La leyenda de Krypton

Capitulo 36

El mensajero de la dama

En una tarde agradable, Appa estaba nadando río arriba en una de las islas más grandes de la Nación del Fuego, la única manera de pasar una línea de torres de vigilancia sin tomar semanas para recorrerla. Mientras estaban aquí, Sokka intentó pescar desde la espalda de Appa, ya que eso era todo lo que podía hacer para pasar el tiempo. No estaba teniendo suerte, ni siquiera un mordisco en su hilo de pescar. La razón obvia era el mal estado del río, al tener tanta contaminación que el agua tenía un color marrón oscuro. Aun así, Sokka lo intentó una y otra vez, a pesar de que su cebo parecía disolverse en el agua sucia.

"Parece que tendremos que ir a otro lugar para conseguir comida", dijo Katara.

Aang vio algo más río arriba. "Tal vez podamos conseguir algo allí arriba".

Río arriba, el río se ensanchó considerablemente y allí el caudal del agua disminuyó hasta casi detenerse. En medio del río había una aldea construida sobre pilotes de madera que sostenían plataformas, que a su vez sostenían varias docenas de pequeños edificios en los que vivía y trabajaba la gente. Muchas embarcaciones pequeñas se movían alrededor de la aldea y a través de ella en estrechos canales entre las plataformas, algunas de las cuales eran utilizados para pescar mientras que otros proporcionaban transporte. Parecía que alguna vez fue un lugar próspero, pero ahora estaba en tan malas condiciones como el río que lo sostenía.

Antes de que los aldeanos locales pudieran verlos, Aang guió a Appa fuera del río, haciendo un breve vuelo para cubrir algunas colinas cercanas. A la sombra de una colina, Appa aterrizó y todos bajaron, teniendo cuidado de no pisar el lodo que cubría las piernas de Appa. Aang arrojó una gran estera de musgo sobre Appa, ocultando al bisonte del cielo de la vista, y Momo se quedó para hacerle compañía a Appa. Desde allí, todos caminaron de regreso hacia el río, deteniéndose en una colina alta y contemplando la vista del pueblo. Por mucho que hubieran preferido ir a otro lugar, este era realmente el único lugar que estaba lo suficientemente cerca.

"No siento nada", se quejó Toph. "¿Dónde está este pueblo?"

"Está en el medio del río", respondió Sokka.

En un bote al pie de la cresta se encontraba un anciano flaco de cabello gris con barba corta y puntiaguda, vestido con un chaleco marrón y un sombrero rojo. Escuchó a la gente hablando encima de él y levantó la vista para verlos. "Hola. Mi nombre es Dock, te importa si te pregunto quién eres".

"Somos de las colonias del Reino Tierra", respondió Katara.

"Vaya... coloniales", dijo Dock. "Bueno, súbete. Te llevaré a la ciudad".

En sólo unos minutos, los cuatro y Dock estaban en el barco y cruzando el río. "¿Por qué vivís en el río?" -Preguntó Katara.

"Porque somos un pueblo de pescadores", explicó Dock. Su bote pasó por un recodo en la costa, revelando la vista de una gran estructura metálica que arrojaba humo río arriba. "Al menos así era antes de que se mudara la fábrica. El ejército fabrica su metal allí. Nos mudamos hace un par de años y comenzamos a disparar río arriba. Y ahora nuestra pequeña aldea está luchando por sobrevivir".

Taiyo mantuvo sus ojos en el pueblo que tenía delante, sin querer mirar la fábrica arrojando desechos al río. Entonces algo llamó su atención. "¿Eh?"

"¿Qué es?" Preguntó Toph, actualmente sosteniendo a Sokka mientras estaba en el bote.

"Probablemente nada," murmuró Taiyo, ya que todo lo que notó había desaparecido.

Unos minutos más tarde el barco llegó al pueblo y se detuvo junto a una plataforma. Una vez que todos estuvieron fuera del bote, Aang saludó a Dock, quien comenzó a alejarse. "Gracias por el aventón."