Capitulo 13

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Leila

Duré poco en la piscina, tenía ganas de subir de una vez y dormir algo. La verdad es que estaba poco descansada.

Ayer salimos de Barcelona a las 23 de la noche y llegamos a Ibiza sobre las 3 de la mañana por las maletas y todo eso. La verdad que esa noche dormí fatal.
Esta mañana al levantarme parecía que me había pasado un camión por encima pero bajé a la piscina igualmente.

Desayunamos, almorzamos y nos volvimos a bajar a la piscina.

-Pablo- le grité a Gavi- me voy para arriba- el se salió del agua y vino hacia mi.

-¿Te vas ya de ya?- me pregunto cosa que asentí- vale pues me voy contigo.

-Si te quieres quedar quédate, no te preocupes- le dije.

-No rubia, me quiero ir yo también, estaba esperando a que me lo dijeras tú y de paso subir contigo.

-Ah, vale- recogí mis cosas y tenía mi camiseta mojada- Pablo, ¿me dejas tu camiseta?- me iba a arrepentir, porque traía una de la equipación del Barça.

-Claro, para que te comas tus propias palabras, toma, vida mía- me dijo tirándome la camiseta burlón.

Dice eso porque yo cuando lo conocí, la apuesta y todo eso le dije que nunca me iba a poner una camiseta del Barça y el me dijo que ya lo vería como si, y ya se las quito cada vez más, pero bueno.

En el camino de la piscina a la habitación iba muy callada, quería preguntarle qué era eso de Ana, quería saber si lo que me contó Carmen era igual desde su boca.

-Rubia, ¿qué te pasa?- me dijo en el
ascensor- estás muy callada.

-No, nada. No te preocupes- le dije yo.

Llegamos a la habitación y yo me tiré en la cama.
Gavi pasó por los pies de esta y me dio una bofetada en el culo.

-Ayy!- me quejé yo.

-Lo siento vida, pero vaya culo- me dijo.

-Pablo, coño que tengo el bañador puesto, que pica- le dije yo, la verdad es que me había dolido.

-¿Me perdonas?- me dijo Gavi tumbándose encima mía dándome un beso en el cachete.

-Si pesado, ahora levántate que no veas cómo pesas- le dije yo intentando levantarme.

-Yo es que estoy muy cómodo, ¿sabes?- me dijo el  moviéndose sobre mi espalda para encontrar la postura.

-Gavi, porfavor, me estás ahogando- le dije yo.

-¿Gavi?- preguntó levantando medio de su cuerpo del mío para mirarme a la cara- ¿ese quién es?

-No lo conoces creo, es jugador de fútbol, pero juego tela pero tela de mal, además nada más que le sacan amarillas, básicamente, que no sabe jugar- le dije y vi como se quedó callado.

-¿De verdad piensas eso de mí?- se me rompió el corazón.

-Pablo, no, ¿cómo voy a pensar eso de ti?- le dije.

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