viii. te amo

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JUSTINA REÍA mientras observaba a Blas practicar para la película

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JUSTINA REÍA mientras observaba a Blas practicar para la película.

Después de que hicieron su pijamada Blas la acompañó hasta la facultad y ahora estaban en la casa de la chica mientras el intentaba ensayar un poco.

── Dale justinaa, no me mires así que me haces reír. ── La castaña soltó una risa, le tentaba mucho ver la cara de Blas cuando estaba tan concentrado en algo.

── Perdón, no lo hago más. ── Sonrió. ── ¿Cuando te vas de nuevo? ──

Justina sabía que para Blas era bastante complicado el tema de la película, constantemente tenía que viajar y ahora iba a ser todo más difícil, el de rulos iba a tener que empezar una estricta dieta para bajar de peso.

Blas la miró y Justina pudo notar un cambio en la actitud del chico.

── En tres días, pero ahora me voy por mucho más tiempo, me van a tener que controlar con el tema de bajar de peso. ── Para él era difícil todo eso, no le gustaba bajar tanto de peso, para el chico eso no quedaba para nada atractivo.

También sabía que las escenas que iban a tener que grabar iban a ser mucho más fuertes y los iban a afectar mentalmente.

Blas pensaba constantemente en algo que escuchó decir de Enzo. Él decía que estaba pensando en terminar con su novia Sofía, porque sentía que ya no iba a ser el mismo de antes de grabar la película.

Era verdad, todos los actores estaban cambiando, ya no serían los mismos, grabar la película los iba a afectar. Enzo decía que quería terminar con ella a pesar de que aún la ame, porque no quería hacerle daño.

¿Y si él tendría que hacer lo mismo con Justina?

Tal vez Blas también tendría que alejarse de ella cuando vuelva, para no lastimarla.

Blas amaba a Justina, con todo su corazón, la única persona que lo hacía sentir vivo era ella. A veces sentia que la chica lo conocía tanto más que él mismo.

Y lo último que querría sería lastimarla.

Blas se acercó hacia la orilla de la cama, donde estaba sentada Justina, se sentó junto a ella y recostó su cabeza en el hombro de la chica.

Suspiró y habló.

── No quiero irme. ──

Justina lo miró confundida.

── ¿Por qué no? es lo que siempre quisiste, hiciste mucho para llegar ahí. ── La castaña acarició los rulitos del chico que estaba apoyado junto a ella.

── Porque tengo miedo. ──

── ¿De que? ── Justina estaba ajena a los pensamientos que pasaban por la cabeza de su amigo.

── De fallar en algo. ── Blas mintió, no quería preocuparla.

── No vas a fallar Blas, sos la persona más fuerte que conozco en el mundo, te va a ir súper bien. ── Para finalizar la chica le dejó un beso en la mejilla de Blas.

Pero su corazón se detuvo cuando escuchó las palabras que salieron de la boca de Blas.

── Te amo justi. ──

Justina no sabía que decir, se encontraba tan sorprendida mientras observaba a los ojos del chico, sentia la mirada de él, sentía que analizaban toda su alma.

La chica también lo amaba, más de lo que podía imaginar, pero estaba en shock, tenía la boca un poco abierta, y la cercanía que ambos tenian no ayudaba para nada.

Podía sentir la respiración nerviosa del chico sobre su cara.

── Decime algo... porfavor. ── El chico estaba que se moría de los nervios, quería saber que opinaba ella.

Justina quería decirle que también lo amaba, pero no le salían las palabras, a ella siempre le gustó Blas y ahora él estaba diciéndole que la amaba, pero no sabía si era amor de amistad... o de algo más.

Pero sus dudas fueron resueltas cuando sintió la mano del chico detrás de su nuca.

Blas la acercó hacia él y sin pensarlo mucho unió sus labios en un beso.

Los labios del chico se sentían tan suaves y se sentían como si hubieran sido creados para ella.

Justina sintió como dentro de ella se removían las millones de mariposas que siempre sentía cuando el chico la miraba, o cuando le sonreía, o cuando la abrazaba.

Cuando estaba apunto de continuar con el beso Blas se separó bruscamente y se alejó de la chica.

── Justina... perdón, fue un error. ──

¿Error? resonó en la cabeza de la chica, los miles de escenarios que creó su cabeza junto al chico se esfumaron.

── ¿Que? ── Justina preguntó sin aliento.

── Perdón posta, no te tuve que besar no sé que me pasó. ──

El de rulos se levantó y buscó apresuradamente su mochila con nervios, quería irse, se estaba prometiendo alejarse de la chica para no lastimarla y luego iba y le decía que la amaba y la besaba.

── Yo también te amo Blas. ── El alto se congeló en su lugar al escuchar las palabras de Justina.

La miró desde arriba, ella aún seguía sentada en la cama. Suspiró, quería estar junto a ella en ese mundo momento.

Quería llenarla a besos y decirle que él la amaba muchísimo más, pero no podía, no cuando sabía que después de volver él iba a estar mal mentalmente.

Y si no podía cuidarse a él mismo, no iba a poder hacerlo con Justina.

Le destrozaba ver la sonrisa inocente de la chica que están esperando a que él hablará, a qué por fin pudieran tener algo más que una amistad.

── Perdón. ── Soltó Blas, con tristeza.

Se giró y abrió la puerta de la habitación y salió.

La sonrisa de Justina se borró y sintió como la puerta de su casa se cerraba, indicando que el chico se había ido.

Una solitaria lágrima cayó de su rostro, no comprendía lo que había hecho Blas.

Le dijo que la amaba, la beso y luego la abandonó.








































































capítulo corto pero triste

tardo en actualizar pq empecé las clases

tardo en actualizar pq empecé las clases

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𝙈𝘼𝙍𝙄𝙋𝙊𝙎𝘼𝙎. Blas PolidoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora