CAPITULO 1

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Felicidad


— ¡Niños es hora de irnos! — gritó una mujer en la planta baja de la casa

— ¡Ya vamos! — la voz de tres niños diferentes pero iguales a la vez, respondieron al unísono. 

Tal como todos los veranos desde que ellos tienen cinco años, van al pueblo favorito de la familia, un pueblo cuyo clima, paisajes y aromas, cautivaron el corazón de los tres hermanos. 

La familia se dirigió al taxi que los esperaba fuera de la casa, subieron sus maletas y tomaron dirección al aeropuerto, este año, apenas cumplidos los 10 años, se dirigían como de costumbre al famoso, pero pequeño pueblo, Forks. 

Al subir al avión los tres hermanos decidieron sentarse juntos y dejar a sus padres sentados detrás de ellos. Clare, la hermana del medio se sentó al lado de la ventana, Chloe, la hermana pequeña se sentó al medio y Chris, el mayor, se sentó al lado del pasillo del avión. Hay que decir que los tres hermanos se llevan por tres minutos de diferencia, siendo Chris el primero en nacer, tres minutos después nace Clare y luego de tres minutos más nace Chloe. 

Algunas horas después, le avisan a los pasajeros que el avión comenzaría a aterrizar. Los hermanos tomaron sus manos con emoción, pues sabían que en poco tiempo verían a sus amigos que los esperaban pacientes fuera de sus casas, pues todos vivían en la misma calle. 

Al bajar del avión y dirigirse al estacionamiento de taxis, tomaron direccion a Forks, pues el aeropuerto estaba en Port Angeles, una pueblo un poco más grande. Los tres hermanos iban apoyados en la ventana del auto para poder mirar los arboles pasar por su lado, el día dejaba ver pocos rayos de sol pero, esa era la belleza del lugar. 

Poco tiempo después el auto empieza a bajar la velocidad hasta detenerse frente a una casa café con blanco, los niños desesperados abrieron las puertas del auto para bajarse, Clare, Chloe y Chris corrieron a las casas un poco mas allá de la de ellos para poder ver a sus amigos, al primero que encontraron fue a Quil quien abrazó primero a Chris y luego a las hermanas, ahora los cuatro se dirigían a la casa del siguiente amigo, un poco más allá estaba Embry comiendo un poco de pan con un vaso de agua al lado, pero al ver a los hermanos corrió en su encuentro casi botando a Chloe al lanzarse sobre ella. El ultimo amigo estaba un poco más lejos pero no le tomaron importancia y fueron corriendo a la casa de Jacob, quien estaba junto a su padre, el chico al verlos sacó algo de su bolsillo y camino hasta los hermanos, le entregó una flor roja a Clare, una amarilla a Chloe y a Chris le dio la mano, para luego abrazar a los tres hermanos. 

— Que gusto que estén aquí — dijo Jacob mirando a los hermanos pero deteniendo su mirada en Clare, un secreto entre nosotros, es que Jacob siempre ha tenido algún tipo de crush en Clare, dirán que ella es igual a Chloe y así, pero la personalidad de la pelirroja siempre logra cautivar el pequeño corazón del moreno. 

— Estuvimos esperándolos durante horas — dijo Quil sonriendo mientras caminaban los seis a la casa de los hermanos. 

— Si, los estuve esperando afuera de mi casa pero me dio hambre así que entré a comer algo — dijo Embry con la boca llena de comida. 

— Nosotros estábamos esperando la hora de verlos — dijeron los tres al mismo tiempo, era algo normal así que los chicos solo rieron.

Los seis amigos al llegar a la casa color café con blanco, entraron en ella encontrando a los padres de los hermanos, estos saludaron a los pequeños amigos de sus hijos. 

— Mamá — hablaron los trillizos provocando que su madre los mire

— ¿Podemos jugar afuera? — preguntó Chris con una sonrisa y un balón

— Si, pero con mucho cuidado — dijo la madre con una sonrisa en el rostro para luego besar la frente de cada uno de los niños, pues ella conocía a Jacob, Embry y a Quil desde que ellos eran pequeños.

Los seis niños salieron con energía de la casa para dirigirse al bosque a unos metros de la casa, se dividieron en tres, los hermanos contra trio de amigos. 

Chris ganó al momento de ver cual equipo era el primero en empezar. Lanzó el balón en direccion a Clare quien lo recibió y se lo lanzó a Chloe, luego nuevamente el balón llegó a Clear para luego ella lanzárselo a Chris para que este anotara un punto. 

— ¡Bien! — gritaron a coro los hermanos. 

Así pasaron un par de horas en donde los niños se dedicaron a jugar a disfrutar el día. A la hora de la noche, los trillizos estaban acostándose cuando su madre llega a taparlos, Clare y Chloe compartían habitación mientras que Chris, tenía una habitación propia. 

— ¿Cómo la pasaron? — preguntó la madre mientras tapaba a Chloe, quien le respondió

— Bien mamá, ganamos el juego diez a ocho — dijo ella con una sonrisa en el rostro

— Aunque fue Chris quien hizo más goles — dijo Clare tapándose 

— ¡Soy el mejor! — gritó Chris desde su habitación, haciendo que las tres mujeres se rieran

— Que metiche — dijo Clare con gracia

— No le digas así a tu hermano — la reprochó su madre

— Pero es la verdad — murmuro bajo la pelirroja

— Ustedes tres son un caso, buenas noches mis niñas — dijo la mujer besando la frente de las hermanas, para luego apagar la luz e irse. 

— Clare — dijo Chloe en un susurro 

— ¿Qué? — respondió la pelirroja

— ¿Puedo dormir contigo? 

— Si.

Sin la necesidad de decir nada más Chloe salió de su cama para entrar a la de su hermana y así dormir juntas.

— Pero no me abraces, hace calor. 

— Está bien. 

— Quisiera que esto dure para siempre — dijo Clare bostezando para luego quedarse profundamente dormida

𝘋𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘢𝘴𝘵𝘦 // 𝘫𝘢𝘤𝘰𝘣 𝘣𝘭𝘢𝘤𝘬 𝘹 𝘰𝘤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora