El es mi compañero de aventuras

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—¿Te sientes mejor? —preguntaba Jungkook después de una noche en vela.

—No has dormido en toda la noche, yo debería irme para que puedas descansar. —Taehyung sin duda se sentía muchísimo mejor, por no decir que estaba bien.

—Ningun irse, te quedarás auí conmigo, que tal si algún Omega atrevido te ve así y se aprovecha de ti. —mascullo, el simple hecho de imaginarlo le hervía la sangre.

—Que dices Jungkooki, eso no pasará, entonces me quieres tener aquí torturandome?

—yo no te he torturado aún, solo te estoy cuidando.

—Si me torturas, sabes cuántos besos me has dado?

—Tu me los pedías y yo soy débil.

—Y si te pido más besos me los vas a dar?

—Todos los besos que quieras Tae, puedo darte todos los besos que tus labios quieran.

—Eso es peligroso amor.

—Tu nunca me harías daño y peor tu lobo, me respetan mucho.

—Ven aquí entonces. —Tomo su mano, y beso sus labios, de cierto modo eso tranquilizaba demasiado el lobo de Tae, porque se sentía querido, y que confiaban en el.

Jungkook se derritio ahí, en los brazos de ese hombre que por tanto tiempo le había movido el piso. Aún así amaba más el hecho de que tuviese tanto control, de que lo respetará y que lo amara tanto, a tal punto de entender que el choque de sus cuerpos no era lo más importante en su relación. Que el instinto no era lo que los movía, de que pudiera amar su alma más que todo.

Se quedaron dormidos ahí, entre besos y caricias, que no iban más allá de tocarse sus rostros y entrelazar sus manos, ambos demasiado encantados con lo que tenían. Con lo que sentían...

🦋

—¿Te sientes mejor? —susurraba Jungkook, después de haber dormido por horas y despertado con la imagen de su alfa viéndolo fijamente.

—Mucho mejor, por no decir que me siento muy bien y no dejes de consentirme —aparto un mechón de cabello de la carita de Jungkook.

—No dejaré de consentirte amor, siempre te voy a estar apapachando por bonito y perfecto —le beso la naris.

—Entonces diré que me siento bien. —sonrio, con su cabello alborotado y sus labios abultados por las horas de sueño.

—Muy bien. ¿Quieres helado?

—¿helado? ¿así de pronto? —acomodo su cabello y se sentó en la cama.

—Ujum, hay helado abajo, quieres que traiga un poco?

—Amo el helado de fresa, espero tengas ese.

—Y si no es de fresa ¿no quieres?

—Me gusta cualquier sabor, pero el de fresa es mi favorito. Tú lo sabes.

—Ya vuelvo, no te vayas a mover de aquí —lo señaló.

Jungkook bajo rápidamente por el pomo de helado, tenía de muchos sabores, entonces se debatió si debería llevar el de fresa que era el favorito de Tae o llevar otro sabor para irritarlo, aunque sabía que Tae no iba a enojarse jamás con el, menos por un helado.

Tomo uno de fresa, junto a dos cucharitas. Sonrió ante su mente, pues iba a jugar con Taehyung y su paciencia, un poquito, solo un poquito.

—He vuelto —Dijo con algarabía, entrando a la habitación. Extendió una cucharita al alfa, a lo que Taehyung negó.

Desde el día 1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora