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4 de enero de 2024
Nicolás

Desde que supe que Mia vive en mi mismo edificio siempre o viene a mi casa o voy a la de ella, hace poco se ofreció para hacerme las comidas sin harinas y demás como exigió Demichelis, es un sol. También cuándo me siento solo viene conmigo, mis papás se fueron ayer a conocer un poco Argentina, así que a la noche vino conmigo y comimos juntos más que nada para conocernos. Pude darme cuenta que si o si la quiero en mi vida, como mi amiga. Ahora la estoy esperando afuera del bar, vamos a recorrer un poco Buenos Aires, la vi salir con la gran sonrisa que siempre la caracteriza y con un pedacito de pizza en su mano.

—¡Hola Nico! —exclamó. Sus brazos se abrieron para abrazarme, así que eso hice. Algo que me gusta de ella es que al conocerla no es tan seria como podrán pensar, es muy ella y muy única.

—¿Cómo estás Mia? —pregunté. Nos separamos y me sonrió.

—Re bien, ahora vamos Nico porque tenemos mucho que recorrer —respondió agarrándome el brazo para irnos.

Empezamos a recorrer muchos lugares, desde el Obelisco hasta Palermo, me iba contando cosas que sabía de los distintos lugares recorridos. Le prestaba atención a todo lo que decía, me encanta su voz, es dulce y suave que hace relajar a cualquiera que la escuche. No parecía cansarse nunca lo contrario a mí, que al ser jugador todavía no me acostumbro a todo esto. En una plaza que desconozco pero que según Mia es cerca de nuestro edificio, nos sentamos en un banquito a tomar un helado.

—Gracias Mia por todo, en ti encontré una gran amiga —dije sonriendo.

—No es nada Nico, me gusta mucho hacerme amigos y ayudar a la gente. Y tranquilo que también encontré un gran amigo en vos, espero que sea para siempre —habló mirándome, logrando que me ponga nervioso por sus ojos verdes.

—¿Haces algo está noche? —le pregunté.

—Uy si, arreglamos con Maca para salir a comer algo —hizo una mueca—, pero si querés mañana a la noche hacer algo, tengo día libre.

—Dale entonces mañana salimos.

Seguimos hablando de nosotros, va individualmente, yo le conté de mi familia y ella de la suya. Me dijo que es medio complicado el tema con sus papás, más que nada porque la echaron de su anterior trabajo y no estuvieron muy de acuerdo con que trabaje de camarera, con el único que cuenta es con su hermano. Nos pasamos la parte de la tarde ahí en la plaza, para eso de las seis de la tarde nos fuimos hasta nuestro edificio, ella para prepararse para salir y yo para descansar y mentalizarme que en dos días firmo con River y empiezo mi entrenamiento.
Nos despedimos y cada uno fue a su piso, mi departamento tan solitario no me gusta así que opto por poner música. Dejo en aleatorio mi playlist para después tirarme en el sofá, estuve unos minutos así mirando al techo hasta que sonó mi celular. Era mi hermano, así que pause todo para atender.

¿Qué onda bro? —preguntó una vez que me vió por el celular.

—Nada estoy solo y aburrido —respondí haciendo una mueca.

Como quisiera estar ahí, ¿Y la chica que conociste?, decile para hacer algo no sé —habló. Si le había contado a Matías de Mia, y de lo importante que se estaba convirtiendo en mi vida últimamente.

—Ya le dije pero tenía planes pero igual salimos mañana, ¿Hablaste con Giuli? A mí no me contesta las mensajes —le hablé. Hace horas que mi novia no me contesta las mensajes y me estaba preocupando.

Cabildo y Juramento - Nicolás FonsecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora