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29 de febrero de 2024
Nicolás

Me estremezco al sentir un brazo en mi torso desnudo por lo que me giro y veo a Mia durmiendo plácidamente, veo la hora en mi celular; 4:40 de la madrugada todavía faltaba para que suene mi alarma. Abrazado más fuerte a Mia que rápidamente se amolda en mi cuerpo prendiendose como una garrapata, anoche estuvimos juntos como otras veces. Una hora después mi alarma sonó haciendo que Mia se empiece a remover encima mío, suspiré y la abrace más fuerte.

—No me quiero levantar —murmuré cansado.

—Dale Nico, vamos que vos tenés que ir a entrenar y yo trabajo —habló Mia suspirando.

—Un ratito más gorda, por favor —dije abrazándola.

—Dios bueno, un ratito nada más.

Al sentir su respiración en mi pecho me da escalofríos, jamás imaginé estar así con ella. No sé que será de nosotros más adelante pero que voy a disfrutar todo lo que pueda con ella lo haré, unos minutitos después ambos decidimos levantarnos, Mia fue hacia la cocina ya se ella iba hacer el desayuno. Por mi parte me cambié con la ropa de entrenamiento de mientras agarre mi mochilita con todas mi cosas y fui hasta la cocina, sonreí al verla a ella con cocinando con mi camiseta de River, atrás tenía mi número y mi nombre.

—Cociname así siempre hermosa —dije abrazándola por atrás.

—¿Así?, entonces tenemos que hacer las cosas bien Nico —dijo.

—Yo por vos hago cualquier cosa Mia, de verdad te lo digo —hablé dándola vuelta para que me mire.

—Te quiero uruguayo —habló Mia.

—Te quiero hermosa.

Puse el termo encima de la barra mientras Mia puso unos panqueques de avena sobre ella, hice la montañita del mate y empecé a cebar, empezamos hablar de temas varios hasta que le dije que la llevaba yo hasta el bar, fuimos hasta la casa de Mia para que se cambie para luego irnos. La dejé en el bar luego de despedirnos con un beso, espere a que entre y ahora sí fui rumbo al River Camp. Bajé con una sonrisa por fin todo en mi vida se estaba acomodando y hacía lo que yo quería, Borja se acercó a mí con una cara rara.

—¿Qué pasó pa? Tenés alta cara —le dije.

—¿Vos estás con Mia? —me preguntó.

—Si, ¿Por qué? —le contesté frunciendo mi ceño.

—No por nada —dijo mirando hacia delante.

Llegamos hasta nuestro vestuario, Borja seguía con la cara rara y una mirada pensativa mientras que por mi parte intentaba entender que pasaba, al entrar ví a Centurión hablando con Solari así que me acerque a ellos para saludarlos aunque lo raro fue que su saludo era bastante frío por ser ellos que siempre me abrazan o demás. Decidí no darle importancia e ir a terminar de cambiarme antes de que Demichelis llegue, por lo que una vez que termine salí hasta el campo.

—¿Qué tal todo con Mia? —preguntó Herrera, llegando a mi lado.

—Super bien amigo, es un amor —respondí sonriendo.

—Me alegro —dijo sonriendo.

—¿Sabés porqué están todos raros conmigo? —le pregunté.

Cabildo y Juramento - Nicolás FonsecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora