1.

1.1K 103 10
                                    

Estoy aburrida. De hecho, hace mucho lo había estado pero me convencía de que no. He estado al borde del colapso también.

No he estado feliz ni un momento desde hace unas semanas, tampoco he estado tranquila al finalizar la noche porque de repente, mi corazón empieza a latir muy rápido. Me he acostado llorando impulsivamente sin razón. O digo yo creer no saber la razón, sin embargo, lo he estado pensando muy bien, muy detalladamente que podría ser eso que me amarga cada día, y finalmente en la madrugada me he dado cuenta o aceptado que, estoy muy aburrida de mi vida. Estoy al borde de volverme loca o tal vez de morir por un paro cardiaco por las taquicardias que la ansiedad me causa.

Todo aquello pensaba mientras tomaba un baño en el lago del bosque. Vivir cerca al bosque me ha traído un poco de paz, aunque mi tia insiste en que vuelva a la ciudad. Le digo que Londres no es de mi agrado, pero ella insiste en que vuelva a Kyoto.

No quiero volver a Kyoto.

Esbozo una vez mas tratando de relajarme, pero de repente escucho un ruido.

Pasos.

¿Pasos en esta parte del bosque? Jamas había escuchado pasos que no fueran los míos o los de mi tia enojada buscándome para volver a casa.

Cojo mi navaja porque es lo mas cerca a mi. No salgo del agua y trato de camuflarme...

-¡PERVERTIDO! -grito al ver a una figura masculina frente a mi apuntándome con su espada.

-¿Pervertido? -dice confundido. Baja la espada al ver como trataba de taparme para que no viera mi cuerpo. El apartaba su mirada -Lo siento, vengo a lo mismo. No voy a mirarte así que puedes estar tranquila.

-¿QUE? Estas loco. Acá no hay espacio para hombres -veia como empezaba a quitar su ropa -¡¡¿Qué diablos estas haciendo?!! -seguía.

El guardaba silencio mientras desabrochaba sus prendas. Debo admitir que tenia un estilo muy peculiar para rondar en el bosque, no, para rondar por estos lados. Tenia un estilo muy familiar, muy... oriental. Observo bien su rostro, pero sus ojos son celestes. Son hermosos, pero, nadie en Asia tiene los ojos así. Podría ser que... es un ¿Bastardo? Si, eso era.

Pero, un momento...

-Tu cuerpo...

-¿Que sucede con mi cuerpo? -dice apuntando su mirada hacia a mi como dos cuchillos filosos.

-Es... no es el de un...

-No soy un pervertido. Soy una mujer. Tengo lo mismo que tu. Así que ahora has silencio y déjame relajar. Puedes? -dijo muy seria, casi amenazandome. Y yo, volvi a quedar perpleja. Y muy callada por supuesto. Como podia ser tan masculina, pero en cuestion de segundos mostrarse como una mujer.

Que confuso. Pero me aliviaba.

No estaba sola, y de vez en cuando me daba algo de pánico estarlo.

Una mujer muy peculiar. Ahora, podia detallarla mucho mejor. Es muy atractiva, muy alta, su rostro muy oriental pero con ojos color cielo. Que extraña combinación. No pertenecía ni acá ni allá. Debió ser muy dura la vida para alguien así.

Miraba de reojo de vez en cuando pero ella parecía estar inmóvil. Debe estar muy cansada y sentirse en confianza para lograr quedarse dormida. No pensó un segundo en que alguien como yo sorpresivamente podría matarla. Aunque bueno, este bosque no es en lo absoluto peligroso como suelen serlo en Japón. Razón numero uno por la que mi madre me ha enviado aquí.

-Mmm puedo saber como has llegado a este bosque? - pregunte porque el silencio me comenzaba a carcomer.

-Te pedi silencio. Solo cállate y no preguntes nada -dijo con sus ojos cerrados aun. Parecía no querer salir del agua en un buen rato.

Permanecí en silencio y de brazos cruzados. De repente la miraba mucho y me temo que no debía hacer eso. Ella solo era una forastera, se iría tal y como llego. Lastima.

Me vestía lentamente para hacer tiempo. Miraba a mi arco y a mi docena de flechas frente al árbol, camine hacia ellas pero en ese momento...

-Quieta!!! Suelta eso -solté mi arco -Dámelo, AHORA! - su espada tocaba la piel de mi garganta. Estaba asustada. Va a matarme, es lo unico que mi mente pensaba -¿Eres alguna espía Japonesa? DIME! ¿Te ha enviado Fowler?

Fowler? Porque se me hacia familiar ese nombre. Pero no, no tenia ni la menor idea de quien era.

-Te parezco una espía? Una chica de 25 años que no se dio cuenta de que eras mujer, te parece una espía? -preciono mas su espada en mi garganta haciendo una cortada. Dolía mucho. Arrugue mi ceño de dolor -Detente!!! No soy ninguna espía!!! -casi grite. Ella aparto su espada.

Estaba desnuda. Totalmente desnuda. Aparte mi mirada enseguida, y de repente sentía una leve presión  en mi cara. Estoy sonrojada? ¿Porqué?

-¿Porqué tienes un arco? -pregunto colocándose su ropa por fin.

-Soy arquera, practico desde muy pequeña -conteste aun mirando hacia un lado y no a ella.

Permaneció en silencio.

Colocó su gran sombrero sobre su cabeza y sus gafas naranjas, me lanzo una ultimada mirada, dio media vuelta y comenzó a caminar alejándose de mi.

ENSÉÑAME A AMAR |FEMREADER X MIZU |SAMURAI DE OJOS AZULESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora