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-Muchas gracias por el hospedaje y la ayuda señor Williams -se despedía Mizu del hombre que nos dio techo en el pueblo.

-Hasta luego señor Williams -continúe yo diciendo y haciéndole una reverencia.

-Espero volverlas a ver en el futuro y tu... -refiriéndose a Mizu -Espero logres tu objetivo.

Mizu solo le hizo una reverencia, nos dimos media vuelta y partimos.

-ESPERA MAESTRO!!! -gritaron en el fondo -IRÉ CONTIGO!! -Ringo.

-Ringo??!! -hablamos al unísono.

El alto chico corría tras nosotras con una gran mochila, muy entusiasmado y confiado.

-Tienes ya una vida aquí Ringo, te sugiero que te quedes -argumento Mizu.

- Lo se. Amo aquí mas que Japón. Pero el señor Williams ha estado de acuerdo, además, confío plenamente en ti Mizu, y estoy seguro de que regresaremos con vida. Recuerda, tu no sabes como morir -dijo con sentimiento.

Mizu frunció el ceño. Ashhh... fue lo unico que salió de su boca. Al parecer, la bella mujer no sabia como negarse a Ringo. Ringo hizo una mueca victoriosa y se junto a nosotras rápidamente.

Ahora éramos tres.




-




En aquel entonces recordaba que Rick habia dicho que tardaríamos mas o menos dos dias enteros en llegar a Clovelly caminando.

Las horas pasaban lentas porque todo estaba en silencio. Nadie hablaba, ni siquiera el parlanchín de Ringo. Aunque parecía, mas bien, que se aguantaba las ganas de esbozar alguna palabra. Mizu solo miraba al frente con el mismo semblante desde que empezamos a caminar. Era el segundo día, ya el ambiente se sentía mas húmedo, era señal de que estábamos muy cerca a nuestro destino.  

-Me urge un poco de pescado fresco en el muelle de Clovelly -hablé para romper el hielo.
-Wow!! Me parece una estupenda idea!! Se hacer un estofado delicioso!! -continuó Ringo, quien a mi parecer rogaba por decir algo por fin.

Ya caía la noche y el bosque se hacia mas oscuro. Decidimos acampar en un lugar cerca a un lago. Se veía cristalino y muy apetecible para una ducha. Ringo sacó de su mochila comida fresca, parece habérsela dado Williams para comer por el camino. Hizo una pequeña fogata, tomo una piedra plana que hallo ayer mientras caminábamos y empezó a hacer eso que tanto amaba, cocinar.

Mizu se tumbo al lado de un árbol y yo me quede cerca a Ringo observando como cocinaba.

Ella y yo no habíamos cruzado una sola palabra en todo el viaje.

-Cocinare un rico filete, coman mientras me ducho y luego vayan ustedes! -dijo mientras nos servia a cada una.

La comida se veía deliciosa y olía exquisito. Mizu comió todo de un bocado. No pude evitar reírme; yo comí un poco mas lento, decidiendo saborear toda la textura. Al terminar me recosté al otro extremo cerca a un árbol y miraba el cielo, contemplaba las estrellas y observaba la tenue capa de nubes a un lado de ellas. Todo era hermoso. Me sentia feliz. Ya no había intranquilidad ni taquicardias en las noches. Solo habia una que me gustaba, y era la que probocaba Mizu cuando se acercaba mucho a mi o cuando me daba un beso.

-Volví, es el turno de ustedes -no me acostumbra a lo sigiloso que era Ringo.

Me incorpore estirándome, pero Mizu solo se levantó inmediatamente y se dirigió al lago. Esbocé. Que mujer tan casca rabias.

ENSÉÑAME A AMAR |FEMREADER X MIZU |SAMURAI DE OJOS AZULESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora