Ansiedad

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No sabía lo que significaba hasta que la sentí cerca, comenzó con un dolor en el pecho, esa presión que no te deja respirar.

La pude detectar y comencé a pensar, a imaginar eso que me hace soñar y sonreír sin parar.

La sonrisa no era total, pero los recuerdos ayudaron a que la falta de aire y la presión en el pecho disminuyera un poco más.

Me hizo daño releer y escuchar sus audios, eso solo me torturaba más. Pero no lo podía parar, escuchar su voz diciendo "te amo" era mi infierno y también el cielo que me daba otra razón más para respirar.

Con los días la presión en el pecho no ha vuelto, pero el desespero sigue igual. Sumado a los brotes en la piel y también el caminar de un lado a otro sin parar.

El café, la música, el ejercicio, los cigarros y el baile no cambian las inseguridades y los miedos que aparecen en mi cabeza, cada vez con más intensidad.

He desaparecido del mundo digital, no me interesa hablar con nadie más. Yo, que le respondo a todo el mundo, he aprendido a no abrir mensajes y no morir por eso. Solo trabajo, duermo, medio como y vuelvo a la cama para no pensar.

Es un montón de sentimientos, pensamientos y dudas que aparecen en mi cabeza. Lo peor de todo es que nada de eso lo puedo controlar.

Por eso prefiero dormir, estos días se me ha dado bien eso, porque en mis sueños si puedo mandar. Ahí si todo mejora con facilidad, ella vuelve, me sigue amando y le digo adiós a la ansiedad. 

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