Entendí

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Entendí que sus besos no eran solo para mí, que sus caricias y su sexo también podrían pertenecer a otra en una o varias noches de placer.

Comprendí que no se trata de mi, sino de ella, de su corazón y de su capacidad de dar y compartir amor conmigo y con ella también, generando así una gran confusión en todo mi ser.

Acepté que me ama, de una forma distinta a como me gustaría que me amara, pero a su forma, a su manera y con sus reglas sin importar, así como ha amado a esa otra mujer.

Simplemente sé perfectamente que yo llegue a su vida para darle un amor incondicional y que ella llegó a la mía para mostrarme lo que soy capaz de dar, aún haciéndome daño. Para enseñarme que primero debo amarme como mujer.

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