Capítulo 16

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Jungkook se había quedado a dormir casi toda la semana, los días eran alegres y cálidos. Su antigua rutina solo era un recuerdo lejano, todos los días salían a hacer algo diferente, o a veces no salían y se quedaban en apartamento pero todos los días se sentían mejor que el anterior estando juntos.

Ayer habían pasado toda la tarde en el parque de diversiones a pedido del Omega, su alfa no dudo ni un segundo en complacerlo y ganar peluches para él, sujeto su mano en la rueda de la fortuna y lo beso lento con cariño en la cima de esta. Habían comido manzanas acarameladas y pochoclos (pop corn/ palomitas) además de algodones de azúcar. Un día maravilloso.

— ¿Estás listo, ángel?

Cuestionó la voz de Jungkook del otro lado de la puerta del baño. Hoy era doce de septiembre, cumpleaños de Namjoon. Una cena, solo una cena tenía que aguantar para volver a casa y acurrucarse en la cama con su novio. Si, los mimos de Jungkook parecía más interesante que ir a una cena con gente desagradable por culpa del Señor Kim, prefería invitar a Jin y Nam a comer por ahí, ellos solos.

Jungkook sonrió del otro lado de la puerta, era un detalle de Tae tardar pero no porque le tomara tiempo hacer algo, sino porque en medio de la acción paraba y se ponía a pensar. Esa, era una de las tantas manías que lo caracterizaba, como su sarcasmo, la concentración en las cosas que para otros parecían ser insignificantes, los calcetines de colores brillantes, la manía de ordenar las cosas de menor a mayor, o fingir llorar dramáticamente cuando no le daban lo que querían sus personas de confianza, o simplemente como se dejaba llevar ante las cosas simples. Amaba todos los detalles de Tae, cada uno de sus lunares y sus ojos tan intensos, infantiles con un toque soñador. Su omega era perfecto, la perfección para él.

—Se nos hace tarde, ángel.

La puerta del baño fue abierta de golpe, el rubio apareció en el marco ya vestido, maquillado y el cabello seco desordenado dándole un aura sexy.

—Estoy listo —dijo con desgana.

—Lo puedo notar —dijo evaluando todo el cuerpo del contrario. —Necesito que me cuentes tu secreto para que todo te quede magnífico.

Tae le sonrió y rodó los ojos. Caminó perezosamente hasta llegar al castaño y ahuecó las mejillas de este en sus manos. Junto los labios de ambos en un armonioso beso, el pecho de ambos se sintió cálido y sus lobos reforzaron un vínculo que sus humanos ignoraban, algo tan puro y hermoso era imposible de romper.

—Es mejor que te detengas, ángel —murmuro Jungkook contra los labios del mayor. —Porque si seguimos, te voy a encerrar aquí y voy a besar cada centímetro de tu dulce piel.

—Vamos —el rubio dejó un fugaz beso en los labios de su novio con un chasquido.

**

—Tengo un mal presentimiento —confeso el alfa. —Promete que vas a pedirme ayuda, no seas orgulloso. Sé que gente de tu pasado puede estar ahí, no estás solo ahora, ángel.

—Yo puedo.

—No estoy diciendo eso, sé que eres fuerte —dio un apretón. —Pero somos novios ahora, compañeros. Debemos enfrentar las cosas juntos, estoy a tu lado ahora, Tae.

El Omega se mordió el labio inferior y asintió, mentiría si dijera que esas palabras no causaron nada porque lo causaron todo. La emoción que sentía en esos momentos era indescriptible.

—Muy bien —su alfa dejó un besito en su frente y ambos enfrentaron la casa de los Kim. Suspiraron ambos lo bueno es que era la casa de Jin y Namjoon dándole más tranquilidad.

Tomados de la mano le hicieron frente a una casa con unas enormes rejas negras. Había hombres en la entrada y todo el perímetro. Uno de ellos abrió el portón para dejarlos pasar a un delicado camino de piedras. Esa noche habían decidido ir en taxi, sería más cómodo para ambos. Una vez en la entrada, otro hombre les abrió la enorme puerta de la entrada. Fueron recibidos por bullicio, música, olor a comida y miradas entre sorprendidas y acusadoras.

Delicado Omega [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora