Capítulo 4.

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Los gritos provenientes del pasillo interrumpieron su cómodo sueño. Tallo sus ojos con los puños y se sentó en la cama. Escucho la puerta de su habitación ser abierta y cerrada con fuerza haciendo que se sobresalte. Bostezó y abrió los ojos, captó una cabellera castaña escabullirse hasta su cama y metiéndose debajo de las sábanas.

— ¿Qué crees que haces? —cuestionó levantando las sábanas. El castaño levantó la cabeza, se mordía el labio inferior con nerviosismo y estaba completamente serio.

—Ayúdame —dijo en un hilo de voz. —Ella está ahí y no la soporto, me ahoga, me acosa.

—¿Quién? —inquirió al borde de la histeria. Tener a Jungkook en su cama no era de lo más tranquilizador. Su aroma impregnándose en sus sábanas no iba a traer buenos resultados. Su presencia tan cerca, su piel casi rozándose por debajo de las frazadas.

—Mis primas están locas, pero una en especial me persigue. Me acosa, quiere que sea su alfa cuando sabe que no puede ser así, al menos para mí o sea, somos familia y me asquea su olor —Jungkook abrazó su cintura y se sintió extraño, cálido. Iba a quejarse por mera costumbre hasta que los golpes en la puerta lo callaron. —Es ella —susurro el alfa. —Sálvame.

Taehyung fue liberado por los brazos que lo apresaban y se levantó de la cómoda cama soltando una que otra maldición. Tomó el pomo de la puerta y miró la cama, Jungkook formaba un bulto, adorable. Un recuerdo pasó por su cabeza como un flash y sonrió. Giró el pomo de la puerta y abrió. Una chica rubia, de ojos celestes, pómulos marcados y sonrisa de propaganda.

—¡Hola! —saludo alegremente. —Estoy buscando a Jungkookie ¿Lo has visto? —el Omega quiso agarrarla de las extensiones y quitárselas pero se contuvo.

—No lo he visto —mintió.

—Hueles a él —dijo la chica cambiando su expresión feliz a una aparentemente molesta.

—Anoche vino a verme, somos íntimos amigos —una sonrisa triunfal apareció en el rostro del Omega cuando vio la cara de la chica perder los estribos. Apestaba a rosas agrias.

—¿Muy íntimos? —inquirió. —Dudo que un alfa quiera ser solo amigo de alguien como tú —la sonrisa volvió a la muchacha, Taehyung notó la falsedad. —Tan hermoso, pareces una delicada pieza de piedra preciosa —la chica levantó la mano queriendo tocarlo pero el Omega se alejó.

—Es mejor que vayas a buscar a Jungkook a otro lado, voy a volver al sueño que interrumpiste —cerro su puerta en la cara, se sintió tan bien.

—¿Sabes? Si no es conmigo me encanta ese carácter tuyo —se volteó y un Jungkook somnoliento estaba sentado en su cama y se veía malditamente bien. —Gracias, en serio Tae. Me salvaste de esa loca. Lo malo es que la vamos a ver hasta mi cumpleaños —hizo un puchero malditamente adorable ¿Por qué Park Jungkook tenía que tener dos caras? Porque ¡Vamos! No se veía como el típico embustero y patán de siempre. Ahora que lo notaba tenía una remera de dormir estampada con conejitos rosas. —¿Qué te causa tanta gracia?.

—Nada, simplemente no pensé que te asustara una chica.

—Es porque no la conoces —gruñó indignado y volvió a recostarse.

—¿Qué crees que haces? —preguntó con molestia a punto de sacarlo de la cama, iba patear su molesto culo fuera de su habitación. —¡Es mi cama!

La cabeza de Jungkook se asomó entre las sábanas. —¿Has visto la hora? Deberías bajar a desayunar con mi hermano —Taehyung miro su reloj con desespero, el tonto alfa tenía razón. —Además —prosiguió. —Técnicamente es más mía que tuya ya que esta es mi casa, ángel —el Omega puso los ojos en blanco.

Delicado Omega [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora