I

312 23 2
                                    

Me encanta empezar con una novela de fantasía, que quede claro que no voy a estar actualizando seguido porque publiqué tres novelas en menos de un mes y debo darle cierre a unas. Así que aquí se queda está por el momento así.

Feliz Lectura…



Mi cabello se desliza por el viento mientras veo el único hogar que conocía volverse cenizas porque el rey Herios creyó que los refugiados no valemos lo suficiente para vivir a las afueras de la ciudad en un edificio helado y duro, que vive de las donaciones de los demás y que no le hace daño a nadie.

Lo mandó quemar por los Cazadores que prohíben que nos acerquemos al edificio que sigue ardiendo después de varias horas de haber iniciado a encenderse en llamas. Muchos de mis compañeros derramaron lágrimas al ver el hogar que forjamos era destruido y reducido a escombros.

Los Cazadores nos dejaron ver cómo era destruido, nos levantaron a gritos y con látigos como si fuéramos ganado que estaban arriando. Nos llevaron a la salida con gritos que tarde o temprano se apasiguaron para dejarnos salir y así escuchar como decían que harían que el lugar se quemará.

Los líderes de este lugar se derrumbaron hace una hora llorando y diciendo que su tiempo en ese lugar no valió la pena, no tampoco el esfuerzo de mantener el lugar a flote durante los crudos inviernos que azotan a la ciudad, todo se cubre de nieve y se hela hasta la tubería que me tocaba descongelar con magia sin que los cazadores supieran.

Me agachó para cargar a mi Guía mientras vemos el edificio, suelto un suspiro antes de pensar en donde puedo ir sin que los Cazadores me persigan por usar magia, aquí me refugiaba muy bien, el único que lo sabe es Gregory y no está porque fue a solicitar un lugar para los refugiados al ver a los Cazadores llegar.

Camino a dónde está la reja mientras voy pensando que no voy a caer con mi abuela que no… no es un lugar al que quiera ir y esconderme de ella ha funcionado muy bien durante estos diez años y no quiero tirarlo todo a la basura.

Hace cuatro años que Nox y yo caímos aquí y que nos dieron asilo, comimos y nos dieron un lugar para dormir. Nox cazó ratas por varios días y algunas sí se las comía y otras se las llevaba lejos para hacer no sé que con ellas. Me detengo al ver cómo el caballo de Gregory se acerca con él sobre su lomo, sonrió despacio dejando que el animal pase con su jinete que se detiene frente a todos para llamar su atención.

—¡Iremos con los Cazadores!—parpadeo confundida—. Nos darán un hogar temporal antes de que nos asignen un lugar para todos.

Tal vez nunca lo hagan.

Paso saliva antes de que Gregory espere a que los Cazadores monten sus caballos y empiecen a arrear a las personas como vil ganado, me quedó donde estoy con Nox viendo lo mismo que yo.

<<Al menos no sabrá que estamos con los jinetes.

<<No es eso lo que me preocupa, Nox.

La abuela no ha parado de buscarme y siendo sincera creo que prefiero a los Cazadores antes que a ella y sus modales extraños, con sus costumbres de bruja Negra. No gracias. Prefiero seguir limpiando el pollo o lavando las papas para la comida que hacer magia para lastimar a los demás por simple placer como lo hace ella.

Gregory detiene su caballo frente a mí y me hace el gesto de que suba a su espalda, pero a Nox no le gusta viajar en caballo así que decido seguir a mis compañeros en tierra. Gregory hace que su animal me siga para no perderme la pista.

Tendrá la edad que debería tener mi padre o más, nunca le he preguntado bien cuál es. Lo tomé como figura paterna cuando me ayudó con mi secreto y a qué me entrenará escondida de la vista de todos y del mundo que muchos darían lo que fuera por cien doblones de oro.

Sueños MalditosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora