kokujin no tenkousei ntr ru final

Nuevos pecados.

El timbre del departamento fue lo que escucho al despertar, aun era domingo, pero la tarde ya había asomado su cabeza, después de que la cabeza del mediodía se fuera a otro lado, tal vez a china...

Si, Hiroki aún estaba más dormido que despierto, por lo que sus pensamientos no eran los más coherentes en ese momento, por lo que sin importarle lo que estuviera detrás de la puerta, este la abrió de sopetón, y el sueño se huyó de su sistema más rápido de lo que cualquiera podría esperar al ver la cara que estaba frente a él.

-¿Qué diablos haces en mi casa... mama? –Dijo Hiroki antes de darse cuenta. –Desde cuando he vuelto a llamar a esta puta como madre.

Fue un pensamiento rápido y fugas, no tenía realmente tiempo para que su mente vagara y estuviera sin concentrarse en el aquí y ahora...

-¿Qué coñazo es lo que quieres? –Dijo cuando por fin pudo reordenar su confundida y medio dormida mente, su ma- Kaede seguía siendo tan hermosa como la recordaba, no es que eso le importara un comino pero lo que es del cesar al cesar.

-Mi hija ha estado actuando de forma extraña. –Dijo Kaede intentando parecer profesional. –Pero sé que tú tuviste algo que ver con que estuviera actuando de forma tan extraña.

-No tengo idea de que mierda está hablando, puta. –Respondió Hiroki diciéndole a su madre exactamente lo que pensaba de ella. –Pero esa loca ha estado viniendo a mi casa una y otra vez y honestamente desearía que dejara de hacerlo.

-No soy ninguna puta. –Gruño peligrosamente Kaede.

-Solo una puta tendría sexo con alguien tan patético como Kokujin. –Respondió Hiroki rápidamente.

-Deberías de respetar a tu madre. –Intento Kaede devolver el golpe metafórico, intentando imponer respeto a su hijo.

-Perdiste mi respeto cuando empezaste a follar con ese negro. –Respondió Hiroki sin perder el ritmo. –Mira me encantaría continuar con esto y decirte toda la mierda que tengo guardada contra ti, te preguntare otra vez para ir directo al punto, ¿Qué coño es lo quieres?

La mujer se quedó un momento en silencio...

-Mi hija ha estado aquí sí o no. –Dijo por fin a la mujer, Hiroki la miro un momento y respondió.

-Ha venido aquí a delirar un par de veces, siempre la hecho a patadas par que deje de joderme.

-Pero sabes por qué está actuando tan extraño.

Hiroki solo alzo los hombros en la universalmente conocida señal de desconocimiento.

-Si eso es todo. –Dijo Hiroki, para después de un momento serrar la puerta en la cara de la mujer, ya había aguantado esta tontería demasiado tiempo, se había permitido ser amable con la mujer... pero rápidamente esta mujer que se hacía llamar su madre había agotado su paciencia, bastante rápido, todo sea dicho.

-Hiroki abre la puerta en este instante. –Dijo mientras daba golpes a la puerta del departamento. -¡Maldita sea, abre esta puerta, tengo que saber que le está pasando a mi hija!

-Y a mí no me importa, así que lárguese de mi casa. –Dijo Hiroki, mientras se dirigía a la cocina y tomaba un vaso con agua helada, si tenía suerte podría dormir un poco más, con suerte hasta la noche, para despertar al día siguiente y poder estar relativamente fresco para el trabajo...

-¡¡Maldita sea, Hiroki, ábreme la puerta de una maldita ves!! –Mientras prácticamente la mujer gritaba y se escuchaban fuertes ruidos de golpes en la puerta...

¿La jodida loca estaba dándole patadas a la puerta?

-¡Oye! Quiero volver a dormir, para de una maldita vez y lárgate. –Dijo Hiroki desde la entrada a su habitación, para después tirarse a la cama, intentando volver a dormir...