Viejos rostros conocidos.

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Despertar para Hiroki fue bastante, complicado... aún se encontraba muy cansado de la pequeña noche de juerga con sus compañeros y amigos de trabajo, no es que tuviera una jaqueca pero... aún estaba cansado y le hubiese encantado continuar durmiendo durante unas cuantas horas más.

Pero joder que había sido una buena noche... muy agradable y ciertamente muy reconfortante, fue increíblemente agradable cuando le dijeron las razones de por qué la relación de esas desgraciadas estaba condenada al fracaso prematuro... y saber eso, joder que se sentía bien.

Como sea, se levantó rápido y se bañó rápidamente y se preparó algo de comer rápidamente, termino rápido y estaba listo para un nuevo día, esperaba que fuera tan agradable como el día anterior... bueno como la noche anterior.

Salió del apartamento e hiso el mismo camino que hacia todos los días, se subió a una micro y llego a su trabajo... el día fue increíblemente normal... bueno casi increíblemente normal, ya que Hiroki tenía en la cabeza a una persona, como si fuera una especie de virus había entrado en sus ideas y ahora ya no podía sacársela de la cabeza.

Llego tempranamente a su trabajo en donde se puso a hacer su parte de forma rápida y concisa, ayudando en lo que podía y cada vez que recibía una orden, cumpliéndola lo mejor que podía, rápidamente pasaron las horas de trabajo y antes de que se diera cuenta era momento de que los trabajadores volvieran a sus casas, fueran a bares o lo que decidieran hacer para pasar sus horas fuera del trabajo.

Mientras que Hiroki por su parte, en todas las horas que pasaron durante su jornada laboral, su mente de forma constante había vuelto al pensamiento de como estaría su madre, pero su sentido común, cada vez que eso sucedía, le decía que después de lo que le habían hecho ellas no merecían su preocupación.

Pero la mente es una cosa curiosa, y cada vez que Hiroki creía que se deshacía del pensamiento de su madre, este volvía con un poco más de fuerza... no es que a Hiroki le importara una mierda, era un constante tira y afloja en su cabeza.

Cuando llego a casa, se recalentó algo de comida en el microondas, cuando estuvo lista la comida se dispuso a comer felizmente su cena... pero poco antes de haber terminado su cena un golpeteo constante se empezó a oír desde su puerta, interrumpiendo el final de su comida.

Con un suspiro de molestia, dejo los servicios a un lado y se paró de la mesa y fue a recibir a su invitado no invitado...

-Juro por dios que si es otra vez el tipo de las facturas, le daré una patada tan fuerte que terminara en la estratosfera. –Gruño Hiroki molesto, después de todo, tenías que ser un completo hijo de puta o un monstruo sin corazón para aparecer mientras otra persona está disfrutando de su cena.

Abrió la puerta encontrándose con un desagradable pero familiar rostro...

-¿Mierda Kanako, pero qué coño estás haciendo aquí? –Pregunto Hiroki con una clara mueca de desprecio, casi llegando a la ira y a la frustración. –No te había dicho que dejaras de joderme... y que de paso le dijeras a esa perra violadora de Nao que dejara de seguir jodiendo.

Pero la mujer no le hiso caso, con una mirada enfurecida le dio un empujón que casi hizo que callera al suelo...

-Pero qué carajo... -Dijo Hiroki mientras recuperaba rápidamente su equilibrio, evitando caerse. -¿Qué mierda te sucede?

-Tu... tu-tu-tu maldito pedazo de mierda... -Dijo totalmente enfurecida, a lo que Hiroki solo pudo mirarla un momento no entendiendo una mierda de lo que estaba pasando.

Y el porqué la zorra de su hermana había aparecido de la absoluta nada, y había empezado a gritarle en su jodida casa, mientras el no entendía absolutamente nada de lo que estaba sucediendo.

kokujin no tenkousei ntr ru finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora