III

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╰┈ VENENO

C.

Cuando el Uru se fue, me quedé sola esperando a mis viejos, pero cada minuto que pasaba, más lo extrañaba. Amo la compañía de ese pibe, siempre te va a hacer cagar de risa con las boludeces que dice. Al Carlos y a mi ya nos tiene un poco hartos, pero nos acostumbramos tanto a su compañía que si le pasara algo ya no sería lo mismo.

Salí de mi casa al día siguiente porque mi vieja me mandó a comprar y de paso voy caminar un rato y ver si me lo cruzaba a Danilo o a Carlitos.

—¿Qué hace', reina? ¿me estabas buscando? —preguntó el Uru apareciendo por detrás.

—La verdad que no, estaba tan bien antes de que llegues —mentí sin mirarlo.

—Ah bueno, yo que venía para ver cómo estabas y llevarte a buscar al Carlo'. Vamo' a llenarlo de gole' al gil de Hernán. ¿Veni'?

—No sé, Uru, si no vuelvo mi vieja me va a cagar a pedo, aparte sabes que los buenos jugando son el negro y vos —dudé.

—E' un ratito, reina. Yo te llevo y traigo sanita, y no importa si no so' tan buena como yo, e' obvio, pero anda igual —insistió sonriendo.

Al final terminé diciéndole que si así que nos fuimos a buscarlo al Carlitos. Jodimos un poco a Segundo hasta que por fin dejó que venga con nosotros.

—Muchachos —saludó Danilo llegando a la cancha.

—Uh al final vinieron los cagones.

—Callate, zapallo —insultó Carlos.

—Parece que e' de guapos que te caguen a gole'.

—Con esa cara de pajero no le ganan a nadie —dijo esa pelo duro que no me banco.

Hace unos meses estuve a nada de cagarla a palo por una piedra que me tiró en la cabeza.

—A mi no me gana nadie nunca —se agrandó Hernán.

—Anda cerrando el ortito que esto' do' te la dejan adentro en la cancha —grité mientras ataba mis cordones.

El partido empezó y el primero en meter gol fue Danilo, después Carlitos metió otros dos.

—La cancha tuya, forro —insultaba Hernán.

—La tenés adentro, Hernán —le grité agitada por correr.

—¿Viste? Te dije que lo íbamo' a llenar de gole' —se rió el Uruguayo mientras me guiñaba el ojo.

Ya había oscurecido y el partido seguía hasta que me choqué con Hernán, el gil me trabó con la pierna y se hacía el "yo no fui".

—¿Qué te pasa, chupa pija? ¿cómo la va' a tirar así? —exaltó el Uruguayo.

—Cande, ¿estás bien? —preguntó Carlitos mirando mi pierna— Uh, te hizo mierda.

—A este gil lo voy a reventar, ¿querés salir? Te acompaño a tu casa si te duele mucho —dijo Danilo acariciando la parte de mi pierna no lastimada.

VENENO -Danilo Sánchez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora