VI

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╰┈➤ VENENO



D.

Cuando terminamos de comer nos echamos una re siesta en el sillón.

Y nos olvidamos de que iban a venir sus viejos.

Los dos nos despertamos desesperados cuando escuchamos a su mamá llamándola desde la puerta.

—¡Ya voy, ma! Para que no encuentro la llave —gritaba mientras me daba indicaciones de dónde esconderme en su pieza.

Cuando se fue, pude escuchar desde su pieza cómo su mamá se quejaba del laburo y se iba al baño. 

—Levantate, Uruguayo —susurró Candela entrando a la pieza.

Fuimos corriendo hasta la entrada y nos despedimos.

—Gracias, reina, por invitarme, la verdad que me encanta estar con vos. Es mejor que estar con los otros gile' que se la pasan drogándose —dije sonriéndole.

—A mi también me encanta estar con vos, Uru, y a pesar de que mis viejos no te quieran, yo siempre te voy a abrir las puertas de mi casa.

—¿Y me va' a dar un beso de despedida?

Ella suspiró y me dio un beso, pero en el cachete.

—Nah a mi dame un beso mejor, reina, así —chasquee la lengua y la agarré de la cintura para acercarla hacia mi y le di el mejor chape de su vida— Ni el gil ese del nudo seis te va a dar un chape mejor que el mío. Nos vemo' mañana, Can. Descansa.

Me despedí y fui casi corriendo para mi casa.

—Que grande que so', Danilo —dije en voz alta.


C.

Hoy Danilo tenía que volver a Liniers, así que me preparé fui a esperarlo afuera de su casa. No sabía si iba a tocar el tema del chape de ayer. La otra vuelta que le confesé que me gustaba, no me dió bola y me sentí una boluda tremenda.

Él salió de su casa y al verme puso esa sonrisa de siempre—¿Qué onda, reina? Te dejé re loquita con el chape de ayer, ahora me espera' afuera.

—Vengo para acompañarte, salame.

Pasó su brazo por al rededor de mi cuello y empezamos a caminar.

—El entrenador quiere que le entregue un papel con la firma de mis viejos —chasqueó la lengua.

—¿No le vas a decir?

—Al pedo, e' un papel de mierda nada más. ¿Y tu vieja? ¿no te dijo nada? —preguntó cambiando de tema.

—No se dió cuenta de que fuiste, pero se enojó porque piensa que yo me comí todas las milas.

—Estaba re cagado de hambre, aparte estaban re buenas.

—Sí, ya me di cuenta anoche —me reí.

—Vo' estás más buena que todas esa' milanesas juntas.

—Anda a cagar si so' más gato que la mierda, no te puedo tomar en serio.

—Pero solo por vo' voy a dejar de serlo —afirmó poniéndose frente a mi.

No hay que confiar en los gatos que dicen que van a dejar de serlo por una piba, pero yo a él quería creerle. Y le creí.

VENENO -Danilo Sánchez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora