Encontrando la Luz [ Nino Nakano X Tu ]

Capitulo 5 (Parte dos)

—Nino que felicidad, despertaste— sonriendo de alegría.

Ella se levanta sin embargo un sentimiento había surgido que sus lágrimas empezaron a caer.

—¿Nino, que sucedió?— tratando de abrazarla aunque traspasaba mi mano.

—Pude ver a mis hermanas— Agachando la cabeza resentida todavía.

—¿Enserio?— acercándome un poco.

—Si, me sentía completa, como siempre lo hacíamos. Lo más triste es que a un no podemos estar juntas por qué no he cumplido un pendiente, pero yo no quiero hacer eso yo quiero estar con mi familia daría lo que fuera por estar con ellas no quiero estar sola una vez más — ella cada vez lloraba más pero era mi obligación estar con ella hasta que le respondí con una voz pasiva y sería.

—Tranquila yo estoy aquí y mi objetivo es que puedas descansar, sin importar si pongo en riesgo mi vida— ella dejo de llorar, pero un poco decaída quiso darme un abrazo pero solo traspasaba cuando me tocaba

—Hare como si me habrías abrazado—

Nos miramos frente a frente y un poco sonrojados empezamos a reír. Mire hacia el reloj y veía que era un poco tarde.

—Nino siento mucho pero tengo que irme a la universidad — mientras me levantaba rápidamente y me arreglaba.

—Prometo llegar lo más pronto posible—

—¿Me lo prometes?— ella me veía con una cara de tristeza.

Me acerco a ella y tratando de tomar sus manos.

—Te lo prometo, nunca vas a estar sola—

Antes de irme ella me hace detener —¡¡¡Esperaa!!!—

—¿Que ocurre?— cuando volteó a verla veo que hace levitar el moño que había encontrado cuando había llegado al departamento.

—Si no estoy contigo por lo menos lleva algo que te recuerde ami— mientras la veía totalmente sonrojada.

La pongo en una cuerda de mi mochila —Para las veces que esté solo, vea tu moño y me recuerde a ti.— Cuando cerré la puerta solo pude ver su rostro tan decaído que solo llegué a escuchar.

—Regresa pronto, por favor.....—

Cuando llegue a la universidad veía que ya empezaron las clases, pero lo más extraño fue que a Yotsuya la veía con otras personas. Todas las clases me la pasé solo, trataba de conversar con mi amiga, y ella solo me ignoraba como si no existiera.

Al parecer el enojo que paso cuando vio a Nino no se le había calmado y no tuve las agallas para detener a Nino, pero el enfrentar a un fantasma es pelear con el aire, te golpeara a ti pero tú no a el.

Al finalizar las clases fui corriendo a para hablar con Yotsuya.

—Yotsuyaa, quiero hablar contigo... Explicarte que es lo que pasó. — acercándome a ella antes de que se subiera a su carro

—Díselo a tu noviecita la muerta andante—

—Soy tu amigo Yotsuya, realmente quiero arreglar nuestra hermandad—

Ella me ignoro y agarró su camino y se largo, sentí como una de mis amistades se iban de mí. Pues ella siempre estuvo cuando más la necesite.

Mientras caminaba decidí comprar los ingredientes para hacer mi comida y cena. Terminando, me dirigí a un parque pues suelo ir para quitarme el estrés. Cuando me recosté veía el moño de Nino, no paraba de reír siento que me enamoré de un fantasma.

Ya estaba anochecer y decidí irme, cuando llegó al hotel solo de recordar que por fin después de tantas horas puedo ver a la chica que me alegra la vida.

—Nino ya llegué— esperaba al menos una bienvenida pero no había nadie.

—¿Ninoooo?— la buscaba en todos lados y solo me cuestionaba que ya haya desaparecido en un cien porciento

—¡¡¡¡Ninooo!!!!— no encontraba señas de ella, hasta que entre al baño para lavarme la cara cuando me estaba secando la cara veía mi reflejo por unos minutos. Pero veía que mi cara se retorcía haciendo una mueca siniestra.

—BOOOOOO— saliendo de este espejo.

—Ahhhhhh— gritando como mona china

—Jajajaja, Debiste haber visto tu cara no puedo con la risa jajajajajajajaja— mientras levitaba.

—Aaaay no es gracioso, de verdad creía que habías desaparecido— mientras me levantaba.

—Lo siento mucho pero en verdad eres con la persona que puedo ser yo misma— mientras me sonreía.

Cómo enfadarme con esa hermosa sonrisa que alegra a más de uno.

—traje comida pueda que me ayudes dando consejos—

Ella me sonríe y empecé a cocinar, mientras todo estaba cociendo, pude sentir ese pinchazo que le llaman amor. No dejaba de ver a Nino sus consejos la forma en que me miraba me quedaba todo estupido a veces se me quemaba la comida y ella me regañaba como se merece pero para mí lo tomaba con cariño. Y que fuera por mi que ella sea mi vida y mi muerte, hasta el fin.