05

153 17 4
                                    

Las palabras sirvieron como pieza clave en los primeros lazos que Enzel estableció con sus compañeros, revelando que la razón de su travesía por las tierras del mundo era ascender literalmente al cielo.

Por supuesto, eso resultó ser bastante confuso para el azabache, quien se encontraba genuinamente intrigado por los tipos de fenómenos que esa nueva realidad podría albergar. Quizás le esperaban situaciones inimaginables que, por más poder que tuviera, aún así lo sorprenderían.

Sin embargo, a pesar de lo distante que parecía aquel asunto, la sorpresa de un nuevo descubrimiento se dibujó en su rostro cuando, poco antes de alcanzar el próximo poblado, una extraña sensación recorrió todo su ser, dejándolo petrificado por unos instantes.

La muerte flotaba en el aire, no muy lejos de allí, esparciendo su rocío carmesí en las entrañas de la tierra.

Aquello le infundió seriedad y procuró tomar con cautela lo que pudiera suceder en adelante, manteniéndose siempre atento a lo que ocurría a su alrededor mientras buscaba el origen de esa inquietante emoción. Su boca era una tumba silenciosa.

Y eso no tardó en confirmarse precisamente una vez que llegaron al mencionado poblado. Justo entonces, sintió la presencia de varias fuerzas malignas, a las cuales Frieren intentó enfrentar de inmediato, aunque terminó fracasando a manos de uno de los numerosos centinelas que custodiaban las calles.

Si no fuera por las palabras que la elfa pronunció luego de ser capturada, le habría llevado más tiempo descubrir que los impostores disfrazados de un hombre, un joven y una niña eran en realidad demonios devoradores de humanos.

-"¿Ellos son demonios?" -se preguntó el muchacho de cabellos oscuros, contemplando a tres figuras que emitían un aura inquietante a pesar de no aparentarlo.

Ante su mirada reflexiva, la escena que se desarrollaba era bastante peculiar, pero aún más inusual fue la conversación que tuvo lugar entre la elfa de cabellos blancos y el sujeto que se inclinó hasta su altura, mirándola con una opresión que parecía aplastarla, como si fuera un enemigo mortal puesto a su merced. Pero Frieren le devolvía exactamente la misma mirada, ocasionando un efecto semejante.

-Llévatela a los calabozos bajo la mansión -exclamó otro hombre que se hacía llamar Graf Granat, cuyo desprecio hacia esos demonios, que paradójicamente tenían el papel de ser mensajeros de la paz, apenas podía ocultar.

Para cuando la tensión de la situación llegó a su fin, Enzel no pudo evitar percibir, de reojo, que la mirada de aquel monstruo oculto bajo la máscara de un hombre, conocido como Lord Lügner, lo seguía desde la distancia mientras se alejaba del lugar, rodeado de una hueste de guardias que lo escoltaban.

Todo había acontecido tan velozmente que apenas había tenido tiempo para procesarlo; no obstante, una verdad se manifestaba clara: si aquellos demonios, devoradores de hombres, merodeaban por las calles de aquel pueblo, la vida pronto se desvanecería en horrores inimaginables.

-Tenemos que ayudar a la señora Frieren -fueron las palabras que salieron sin demora de los labios de Fern, preocupada por el desenlace del incidente.

-Vayan ustedes a visitarla -replicó Enzel, sumido en sus pensamientos acerca del indudable peligro que implicaba la presencia de esos demonios.

-¿Sucede algo, Enzel? -cuestionó Stark, atraído por el semblante que podía distinguirse en el rostro de su compañero.

-Por ahora no es la gran cosa, pero... -el silencio se apoderó de los labios del muchacho, antes de continuar, diciendo- Puede que este pueblo esté a punto de ser destruido.

-¿Qué quieres decir? -inquirió Fern, intrigada por esas palabras que llegaron a sus oídos sin poder comprender su significado.

-Los demonios son hábiles en la guerra, pero son aún más expertos en seducir a sus víctimas -explicó, llevando una mano al mentón y cerrando los párpados con seriedad. Luego, agregó- Bajo esa premisa, no me sorprendería que estén utilizando esa táctica aquí. Esperarán el momento adecuado para atacar, y cuando lo hagan, lo harán con precisión.

"𝐕𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐕𝐈𝐍𝐎" ;; Sōsō no FrierenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora