La siguiente boda era la de Naiara y Lucas. Seguramente se encontrarían otra vez con sus antiguos compañeros, como en la boda de Denna y Alex.
Tras el desayuno en casa de Susana —la madre de Violeta—, ninguna de las dos chicas dijo nada sobre el tema. Sobre el tema de que se habían acostado en mitad de un parque. Hablaron de todo menos de ese tema.
Chiara no había parado de darle vueltas. Desde que se despidió de Violeta, su imagen se repetía constantemente en su cabeza. Ni ella ni Violeta habían dicho nada sobre aquella noche, ni en el camino de vuelta, ni en los mensajes que se intercambiaron los días posteriores. Pero todo seguía igual que antes. Como si no hubiese pasado nada.
Y para Chiara había pasado todo.
Rasgaba las cuerdas de su guitarra, intentando entender todo lo que su mente pensaba. Quizá el hecho de que todo siguiera igual significase que en realidad aquello no había significado nada. Trató de no pensar mucho en eso, de no darle importancia de más.
Ruslana se dirigía a su casa. Por fin coincidían las dos chicas en Madrid, y aquella tarde habían quedado para hacer maratón de películas malas. Las típicas que la gente se pone un domingo por la tarde y que desde el inicio ya se sabe como van a acabar los protagonistas. A diferencia del plan inicial, acabaron yéndose de compras. Chiara necesitaba un vestido nuevo —el de la última boda se había estropeado para siempre y el olor a hierba no se iba—, y además no quería salir con el mismo outfit en todas las fotos.
—Tengo que contarte algo. —Le dijo la menorquina a su amiga cuando se sentaron en una cafetería para merendar. —Pero tienes que prometerme que no vas a abrir tu bocaza ni a contárselo a nadie.
Ruslana se hizo a ofendida. —¿Cómo puedes pensar eso de mí?
—A Omar tampoco. —La pelirroja rodó los ojos asintiendo.
—Venga, cuéntame. Me muero de la intriga.
—¿Te acuerdas de Violeta? —Empezó Chiara.
—Kiki, obvio que me acuerdo. Sale en casi todas tus historias de instagram, no paras de estar con ella.
—Vale. Pues... —Titubeó antes de seguir hablando.
—¡¿Os habéis enrollado?! —Ruslana la interrumpió, alzando levemente su tono de voz ante su sospecha.
—Shhhh! —La menorquina la chistó mirando a su alrededor, como si alguien pudiese escucharlas.
—¿¡O sea que sí?! —Afirmó la ucraniana. —¡Qué fuerte! Omar me debe veinte pavos.
—¡Ruslana! ¡Que no se lo puedes decir! —Replicó la pelinegra.
—Mierda, es verdad. —Bebió de su café. —Ya me los dará. Bueno, cuéntame. —Le sonrió, poniendo toda su atención en la chica.
—Nada, solo eso. —Respondió con simpleza. Ruslana frunció el ceño. —Nos acostamos la noche de la boda de la amiga de su hermana Tana en un parque, y no hemos hablado de ello.
—¿En un parque? —Se extrañó.
—Íbamos borrachas, pero ese no es el punto. —Suspiró. —El punto es que nos acostamos y no hemos hablado nada del tema. Es como si no hubiese pasado, ¿sabes?
La pelirroja se quedó pensando, buscando las palabras acertadas para decir. —Quizá fue algo pasajero. Quiero decir... Lleváis yendo a muchas bodas juntas, ¿no? —Chiara asintió. —Pues creo que estaba un poco escrito que acabarais así.
—¿Así como?
—Liándoos. —Matizó. La pelinegra se sonrojó levemente, recordando algunos flashbacks de aquella noche. —Pero eso no significa que signifique algo. —Volvió a hablar su amiga.
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Una Ruptura y Diez Bodas || KiVi
FanficCuando todo el mundo se casa, y dos antiguas compañeras de clase se reencuentran en la boda de una amiga en común.