Narra Martina
El tiempo pasa y Vicente no despierta, estamos extrañados, se supone que hoy iremos al parque acuático, habíamos acordado levantarnos temprano para aprovechar el día, ¿Por qué seguía durmiendo aún? Matías se paró para ir a buscarlo, pude notar en su rostro un poco de preocupación, es su mejor amigo, supongo lo conoce bien.
Llego a mi pieza desesperado diciendo que porfavor lo ayude a llevarlo a una clínica, no entendí muy bien lo que pasa por que cuando se pone nervioso habla muy rapido, incluso más rapido que yo.
Entre los dos lo tomamos del hombros, solo llevamos con nosotros nuestros teléfonos y las llaves del auto y departamento. Después de cierto tiempo llegamos al hospital más cercano, en unos minutos los medicos se lo llevaron, yo estaba nerviosa, pero Mati estaba histérico, se nota que ama a su amigo. Le dí la mano tratando de tranquilizarlo, me miró fijamente a los ojos, su mirada estaba perdida
- Tranquilo, solo se descompuso - lo traté de calmar
- Es que vos no entendés - suspiró - El es como mi hermano, ¿Como estarías vos si tu hermano estuviera así? - Me apuntaba con su dedo indice, estaba alzando la voz, pero yo lo entiendo completamente, se mejor que nadie lo que es perder a un hermano. Se lo hubiera contado, pero no era el momento.
No hablé más, solo no le solté la mano, aunque el intentó safarse un par de veces de mi agarre. Una enfermera nos llamó, dijo que se había descompuesto pero ya está estable, lo más probable es que allá sido por intoxicación. Matías al recibir la noticia no pudo evitar sonreír - Gracias - Le dije a la enfermera
- Que boludo... - susurró sonriendo, yo solo lo miré con cara de extrañada para que me dijiera que pasó
- Es que ayer hicimos una apuesta y el que perdia se tenía que comer algo del basurero - dijo riendo, yo paré en seco
- ¿Y que pensaban el par de weones? - dije mirandolo extrañada - ¿Tu te dai cuenta que terminó en el hospital? Con razón los honbres viven menos -
- Bueno, bueno pero no me retes - dijo haciendo un llanto falso, no pude evitar reír.
Unos minutos después salió Vicente todo mareado con cara de querer matarse, y nosotros nos matamos de la risa
- Me tenías preocupado - Dijo Matias dandole una palmada en el hombro de su amigo
- Que te hacés, si fue tuya la idea, gil - dijo con haciéndose el indignado. Llegamos al departamento ya más tranquilos, obviamente se pospuso el plan ya que ya era tarde, pero los invité al Parque Metropolitano, estaba lejos pero total yo manejo, así que obviamente aceptaron. Pasamos el día ahí, estabamos sentados en el pasto descansando, pero rompí el silencio