Narrador omnisciente
El beso fue un comienzo inconciente de lo que probablemente sería lo mejor que les pase en la vida, pero el enemigo más grande del ser humano es su mente, su capacidad de sobre pensar y crear problemas imaginarios producto del temor que su cerebro potencia de manera involuntaria, de todo aquello que exija un mayor trabajo emocional.
- Mati... - Sus ojos estaban cada vez más cristalizados, reteniendo toda clase de liquidez que quiera escapar de estos, Matías no respondió pero dirijó su completa atención a lo que la chica intentaba comunicarle
- Es que, esto no va a funcionar, tu tienes tu vida en Argentina y yo en Chile, no podremos soportar tanta distancia, somos amigos mati lo vamos a arruinar... Yo no quiero perderte a ti, eres muy importante para mi, te volviste fundamental en mi vida y me aterra el hecho de amarte más de lo que te amo sabiendo que nos tendremos que separar- Dijo de manera de manera casi inaudible por la rapidez que salian las palabras de su boca, sumando a que su voz se encontraba entrecortada por tener todas sus fuerzas concentradas en no llorar.
- No entendiste. Yo soy capaz de de dejar todo y venir contigo- Fijó sus ojos en los de la chica
- Pero eso es una estupidez-
- Pero vos me pones estupido -
¿Que podría responder la pobre chica? ¿Tengo miedo? Por que esa era la unica excusa que tenía para negar la propuesta, pero, ¿De que tenía miedo? ¿De Matías? No, ella sabe que no es como los demás, lo supo desde que lo vió sonreír por primera vez, entonces ¿Tenía miedo del amor? ¿Por qué? ¿Por qué tendría miedo de un sentimiento que es correspondido? Si es la cosa más hermosa que ha experimentado en sus cortos veinte años, ¿Le tendría miedo a la distancia? Pero si el le está ofreciendo acabar con ella, le ofrece dejar todo atrás; entonces, no hay razones aparentes para decir que no, ¿Pero por que tiene que haber un "por qué"? ¿No puede solo decir 'Por que si' y correr hasta cansarse? En estos momentos desea adelantar la vida como si fuera una película de terror que no volverá a ver.
Pero solo le salió un - Dejame pensarlo - mientras acaricia la mejilla del contrario, quien la mira decepcionado, el no la entiende, pero no tiene que entenderla, tiene que quererla, y para Matías eso no es un problema
- Está bien - dijo regalándole una sonrisa calida mientras saca la mano helada de la chica en su mejilla y deposita un beso en esta.
Mientras tanto este episodio sucede, Vicente esta sentado en una vereda fumando para hacer tiempo, ni siquiera llevo consigo dinero para comprar algo, solo una caja de cigarros, un encendedor y su teléfono. Tarareaba una canción imperceptible para los demas por el bajo volumen y la mala capacidad musical del mismo, imaginaba que al entrar al departamento nuevamente se encontraría con una bella pareja y el sería como el perro de los dos, sonrió imaginando eso, sin pensar que cuando llegara encontraría a Matías en el sillón mirando hacia arriba en la oscuridad, mientras Martina medita todo en su cuarto