narrador omnisciente
Inquietud, ansías, emoción, y una extensa mezcla de sensaciones invaden el pecho de la chica esperando en la salida del aeropuerto a su novio de ahora, cuatro meses.
Desconocidos pasan apresurados por los pasillos, unos se abrazan, otros se despiden, algunos lloran; y ella esta ahí. Parada en medio del extenso espacio, dejando a su lado un pequeño hueco para que cuando Matías llegara tuviera espacio suficiente para abrazarla, así lo había hecho los últimos meses.
Matías cruza la gran puerta, y derrepente todo parece desaparecer, ahora solo escucha los latidos de su corazón. La adrenalina recorre su cuerpo dejándolo desorbitado, y la chica que antes irradeaba luces de colores ahora solo esta gris, gris opaco.
Culpa, si tuviera que describir el conjunto de emociones que invadieron su cuerpo el solo diría 'Culpa'. ¿Como no logró darse cuenta de la verdad de todos esos "Bien, ¿y tú?", ¿Como no ver más allá de los filtros graciosos que se ponía en sus videollamadas?, ¿Como no observar mejor las fotografías de sus atuendos?, ¿Como no darse cuenta de que su ser más presiado lo estaba pasando mal? O ¿Como simplemente apareció así, con el descaro de no saber lo que realmente ocurre?.
Rápidamente se lanza sobre la chica, y la abraza con tantas fuerzas como si temiera que al soltarla algo malo le pasara. Inmediatamente notó como sus abrazos eran más debiles, su cuerpo es más pequeño, su ojeras más notorias. Y el solo podía pensar "¿Que mierda pasó?"
El camino a casa estuvo lleno de palabras vacías. Tiradas al aire con la esperanza de que alguien las escuchara, pero en vano fue el esfuerzo de uno de los dos.
La música reina en sus oidos como si así pudieran detener el tiempo. La incomodidad se apodera del espacio y ninguno sabe como acabar con ella.
Llegan a su destino, al que ninguno de los dos quiere llegar. Bajan del vehículo y se sientan aparentando estar bien.
Mimos y caricias consuelan el vacío en las palabras del varón. Y la incertidumbre se apodera en el pecho de ambos, dejandoles un extraño sabor, ganas de vomitar, ganas de proteger al otro, por que saben que ahora lo necesitan más que nunca, una sobre todo.Al fin Matías rompe el silencio y pregunta, pregunta de todo. Hasta agobia a la chica llenándola de dudas que antes no tenía ¿En verdad me veo así? Se preguntó a si misma. Para ser realistas Matías no es el mejor con las palabras, y dificil es de escuchar en momentos serios donde fácilmente te puede llenar la cabeza con cosas insignificantes para ti, pero que el no pasa por desapercibido.
Ella excusó todo con su universidad, dejando inconforme al chico, pero nuevamente, está dispuesto a averiguar lo que le pasa por el mismo.